Por lo tanto, ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. (Ef 2,19-22)

Es un canto al ladrillo ausente.

La edificación de Dios se va construyendo hasta transformarse en un Templo Santo, teniendo como piedra angular a Cristo y como cimientos los apóstoles y profetas.

Somos ladrillos de Dios que se suman que se suman a la secular obra de Dios.

Pero hay que seguir construyendo: aportar los ladrillos que están llamados a la construcción y aún no lo saben.

A esto se le dice "misión".

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2 Comments

  1. Es así, como Iglesia particular estamos enredados es estas palabras: misionar - catequizar - evangelizar - y no hacemos nada o lo hacemos mal.
    Nos vamos en planificaciones y proyectos que quedan ahí.
    ¿¿Será que todavia no hemos visto y oído lo que el Señor Jesús nos dice?? Siento que el compromiso de haberlo experimentado en mi vida a EL, me esta exigiendo salir a darlo. Te pido Padre que reces por mi.

  2. he leído el comentario de lavida y es cierto, irse en proyectos que no cuajan... pero, por mi experiencia personal, de haber sido misionera durante 16 años en mi parroquia, en el barrio de flores, caba (padre josé romero), y, habiendo realizado visitas semanales a las personas en cuya manzana me tocaba misionar, aún las más alejadas, teniendo en cuenta que, ese tiempo dedicado a la misión, era un tiempo ganado y muy bien aprovechado. saliendo aún cuando hacía frío, o llovía, y ofreciendo al señor nuestro diezmo del tiempo, nos hacía volver a casa con calorcito en el corazón. nos preparábamos bien, antes de salir, con oración personal y oración de intercesión de la comunidad, inducidos incansablemente por nuestro querido párroco, que lleva aún a sus 80... y pico la fuerza del espíritu santo, que lo hace acompañar a los más nuevos o a los más tímidos, hasta que adquieran confianza. con una muy buena organización, donde no se deja nada librado al azar. hemos tenido, sí, desilusiones, pero... quién no? lo importante es traer aunque sea, aquella ovejita perdida... no tengamos miedo al olor a oveja... el señor nos ve y nos bendice. dios quiera que muchos jóvenes se entusiasmen por las palabras del papa francisco, que no todo sea entusiasmo pasajero, sino un verdadero deseo de servir a nuestro señor. seguramente, si de verdad se desea hacerlo, él nos acompañará