Este miércoles el Papa Benedicto nos regalará su primera Carta Encíclica. ¿Qué es esto? En primer lugar es una carta que el papa envía a los cristianos con la iluminación que él, como Vicario de Cristo, realiza sobre algún tema de actualidad teológica o social. A esto se le suma el que sea su primer encíclica, la cual tiene una connotación especial. En efecto, es costumbre que este primer documento de un Papa sea programático de su pontificado. Podríamos decirlo así: con este escrito Benedicto se presentará en sociedad y nos dirá el espíritu que lo anima a llevar adelante la misión que le ha sido encomendada de parte de la Iglesia.
Como nuestro Actual Papa ha sido muy atacado por muchos medios cristianos y, también, no confesionales, debemos estar muy atentos para que el filtro que estos utilizan no nos impida descubrir la frescura de las palabras que el Papa nos dirige.
Por este motivo ha sido muy bueno el adelanto que el mismo Benedicto hiciera sobre el contenido de sus líneas. El título de la Carta será : «Deus caritas est» en latín o «Dios es amor» en castellano. Pero escuchémosle directamente a él:
“Con esta encíclica quisiera mostrar el concepto de amor en sus diferentes dimensiones. Hoy, en la terminología que se conoce, «amor» parece ser con frecuencia algo muy alejado de lo que piensa un cristiano cuando habla de caridad. Quisiera mostrar que se trata de un único movimiento con diferentes dimensiones. El «eros», este don del amor entre hombre y mujer, procede del mismo manantial de la bondad del Creador, así como la posibilidad de un amor que renuncia a sí mismo a favor del otro. El «eros» se transforma en «ágape» en la medida en que los dos se aman realmente y uno ya no se busca a sí mismo, su goce, su alegría, sino que busca sobre todo el bien del otro. De este modo, el «eros» se transforma en caridad, en un camino de purificación, de profundización. De la propia familia se abre de par en par a la familia más grande de la sociedad, a la familia de la Iglesia, a la familia del mundo.
Trato de demostrar también que el acto totalmente personal que nos viene de Dios es un único acto de amor. Tiene que expresarse también como un acto eclesial, organizativo. Si es realmente verdad que la Iglesia es expresión del amor de Dios, de ese amor que Dios tiene por su criatura humana, tiene que ser también verdad que el acto fundamental de la fe, que crea y une a la Iglesia y nos da la esperanza de la vida eterna y de la presencia de Dios en el mundo, engendra un acto eclesial. Es decir, la Iglesia, incluso como Iglesia, como comunidad, de manera institucional, tiene que amar.
Y esta «Caritas» no es mera organización, como otras organizaciones filantrópicas, sino una expresión necesaria del acto profundo del amor personal con el que Dios nos ha creado, suscitando en nuestro corazón el empuje hacia el amor, reflejo de Dios Amor, que nos hace su imagen.”
Esperamos ansiosamente que llegue este 25 de enero para conocer las enseñanzas de quién la Providencia ha puesto al frente de su Iglesia.
hna josefina dijo...
Hola!
¡Me encantó la encíclica!¿a vos?
Te encontré en el buscador de blogs, buscando comentarios sobre ella. Muchos y en general muy buenos.
Saludos!
Por ahí querés visitar el mío.
5:50 PM