Otro fin de semana muy intenso. Esta vez fue acompañar el campamento de la sección juveniles de la Acción Católica. Hace unos años soy el asesor del Área Joven de la Arquidiócesis, así que estuve presente en diversos momentos.

La cita fue en la Escuela Agrotécnica Las Delicias, a unos 25 km de Paraná. Comenzamos el viernes por la tarde con el peor de los escenarios: lluvia. Así que ni siquiera sacaron las carpas: todos a las aulas que nos prestaron (estoy seguro que más de uno feliz por no dormir bajo techo de lona). Yo me quedé hasta la hora de la cena y luego volví a la parroquia.

El sábado a media mañana me llamaron porque se les hizo imposible a los cocineros ir (por cuestiones laborales de último momento). Les di una mano preparando un rico guiso de arroz... bueno... supongo que rico porque yo por mi diabetes no pruebo el arroz.

Hoy domingo tuve tareas más sacerdotales. Llegué al mediodía (luego de celebrar la Misa en la Parroquia) para darles una charla sobre la participación en la vida social. La tenía que dar un laico pero le surgieron problemas el viernes y no pudo ir. Así que el sábado por la tarde me avisaron y dediqué mis vísperas dominicales a prepararla. Eso hizo que no me amargara viendo la eliminación de la Argentina (recién me enteré a las 23.30 cuando bajé a cenar). Luego confesé a varios jóvenes y celebré la Eucaristía en la ermita dedicada a Nuestra Señora de la Siembra, en un lugar del predio de la escuela. La foto es de ese momento.

Al comienzo de la Misa dije que debíamos dar gracias por varios motivos. Primero, por el encuentro en sí. Segundo por la lluvia del viernes y el sol radiante del sábado y el domingo: totalmente inesperado, una verdadera bendición. Lo tercero, porque varias de las cosas preparadas fracasaron (dije dos en el comentario pero hubo otras más) pero eso ni quitó el buen clima ni se dejó de hacer todo lo programado: con actores distintos pero con tanta profundidad como hubiera ocurrido si hubieran estado los "originales".

Destaco de manera especial el acompañamiento de los delegados parroquiales a sus militantes. Algunos, incluso, se turnaron entre ellos para poder estar. También es de destacar la presencia de los dirigentes del Área Diocesana: con mayor o menor tiempo de permanencia casi todos estuvieron, algunos haciendo malabares con sus trabajos o ocupaciones académicas. A todos ellos que el Señor (que siempre sabe lo que hace nuestra mano derecha y la izquierda) les recompense con abundancia su dedicación desinteresada en aras del bien común.

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One Comment

  1. Querido Padre Fabián!!! Gracias a ud. por su acompañamiento, su apoyo y consejo en todo momento!!! Se pasó este fin de semana! Muchas gracias por su SI GENEROSO!