Zenit nos informa que la Congregación para la Doctrina de la Fe dio a conocer hoy una nota en la que informa sobre una cercana Constitución Apostólica de Benedicto XVI.

En esta constitución apostólica el Santo Padre ha introducido una estructura canónica que provee para dicha reunión corporativa, a través de la institución de ordinariatos personales que permitirán a los antiguos anglicanos entrar en comunión plena con la Iglesia católica preservando elementos del distintivo patrimonio espiritual y litúrgico anglicano. Según el tenor de la constitución apostólica, la atención y la guía pastoral para estos grupos de fieles antiguos anglicanos será asegurada por un ordinariato personal, cuyo ordinario será habitualmente nombrado por el clero ex anglicano

La constitución apostólica que pronto será publicada ofrece una respuesta razonable y necesaria para un fenómeno mundial, presentando un modelo canónico único para la Iglesia universal, adaptable a las distintas situaciones locales y equitativo para los antiguos anglicanos en su aplicación universal. Razones históricas y ecuménicas excluyen la ordenación de hombres casados como obispos, tanto en la Iglesia católica como en las Iglesia ortodoxa. La constitución, por este motivo, estipula que el ordinario puede ser tanto un sacerdote como un obispo no casado. Los seminaristas del ordinariato deberán formarse junto con otros seminaristas católicos, aunque el ordinariato puede establecer una casa de formación para tratar las necesidades particulares de formación en el patrimonio anglicano. De esta manera, la constitución apostólica busca balancear, por un lado, la preocupación por preservar el valioso patrimonio litúrgico y espiritual anglicano y, por otro lado, la preocupación de que estos grupos y su clero sean integrados en la Iglesia católica.

El motivo de este paso, en el contexto del dialogo ecuménico, es un problema que ha surgido dentro de la comunidad Anglicana:

En los años sucesivos al Concilio, algunos anglicanos han abandonado la tradición de conferir las órdenes sagradas sólo a los hombres, llamando al presbiterado y al episcopado también a mujeres. Más recientemente, algunos segmentos de la Comunión Anglicana se han alejado de la enseñanza común bíblica sobre la sexualidad humana, expresada claramente en el documento de la ARCIC "Vida en Cristo", confiriendo las órdenes sagradas a clérigos abiertamente homosexuales y bendiciendo las uniones entre personas del mismo sexo. Mientras la Comunión Anglicana tiene que afrontar estos desafíos nuevos y difíciles, la Iglesia católica sigue plenamente comprometida en su diálogo ecuménico con la Comunión Anglicana, en particular a través de la actividad del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Esto ha llevado a que:

... muchos anglicanos han entrado individualmente en la comunión plena con la Iglesia católica. En ocasiones, han entrado también grupos de anglicanos, conservando una cierta estructura "corporativa". Esto ha sucedido, por ejemplo, en el caso de la diócesis anglicana de Amritsar en la India y de algunas parroquias en los Estados Unidos que, si bien mantienen una identidad anglicana, han entrado en la Iglesia católica en el marco de una "medida pastoral" adoptada por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobada por Juan Pablo II en 1982. En estos casos, la Iglesia católica ha dispensado con frecuencia del requisito del celibato, admitiendo que los clérigos anglicanos casados que desean continuar el servicio ministerial como sacerdotes católicos sean ordenados en la Iglesia católica.

Esto está destinado a quienes:

Han declarado que comparten la fe católica común expresada en el Catecismo de la Iglesia Católica, y que aceptan el ministerio petrino como algo que Cristo quiso para la Iglesia. Para ellos, ha llegado el tiempo de expresar esta unidad implícita en la forma visible de la comunión plena

Por eso:

El Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, espera que los clérigos y fieles anglicanos que deseen la unión con la Iglesia católica encuentren en esta estructura canónica la oportunidad de preservar aquellas tradiciones anglicanas que para ellos son preciosas y que están en conformidad con la fe católica. En la medida en que estas tradiciones expresan en un modo distintivo la fe común, son un don para ser compartido en toda la Iglesia. La unidad de la Iglesia no requiere una uniformidad que ignora la diversidad cultural, como queda demostrado por la historia de la cristiandad. Más aún, las muchas tradiciones presentes en la Iglesia católica hoy tienen todas sus raíces en el principio articulado por san Pablo en su Carta a los Efesios: "Un solo Señor, una sola fe, un solo Bautismo" (4, 5). Nuestra comunión es, así, fortalecida por esta legítima diversidad, y por eso estamos felices de que estos hombres y mujeres traigan con ellos sus contribuciones particulares a nuestra común vida de fe.

Por su parte, el arzobispo de Westminster (católico), monseñor Vincent Gerard Nichols, y el primado de la Comunión Anglicana, el doctor Rowan Williams, arzobispo de Canterbury han realizado una declaración conjunta en la que informan que esta:

... Es una respuesta ... a numerosas peticiones realizadas en los últimos años a la Santa Sede por grupos de anglicanos que desean ingresar en la comunión plena y visible con la Iglesia católica romana, y están dispuestos a declarar que comparten la fe católica común y aceptan el ministerio petrino como querido por Cristo para su Iglesia. El Papa Benedicto XVI ha aprobado, con la constitución apostólica, una estructura canónica que garantiza ordinariatos personales para permitir a antiguos anglicanos entrar en comunión plena con la Iglesia católica, preservando elementos del distintivo patrimonio espiritual anglicano.

... La constitución apostólica es un ulterior reconocimiento de las coincidencias en la fe, la doctrina y la espiritualidad entre la Iglesia católica y la tradición anglicana. Sin los diálogos de los últimos cuarenta años, este reconocimiento no hubiera sido posible, ni se habrían abrigado esperanzas de comunión plena y visible. En este sentido, esta constitución apostólica es una consecuencia del diálogo ecuménico entre la Iglesia católica y la Comunión Anglicana.

Quienes quieran leer los dos documentos completos pueden hacerlo directamente desde Zenit, desde los link que puse más arriba.

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3 Comments

  1. muy buenos días querido Padre Fabián!

    me pregunto qué serán ordinariatos personales, desde el punto de vista jurídico ;)

    voy a ver qué puedo averiguar :)

    Un abrazo y mil gracias x el post!

  2. sería interesante hacer un estudio comparado de la situación de los anglicanos hoy con la de los unierten... esto es, los ucranianos -de rito oriental- que se unieron a la I. católica después del II Vaticano...

    http://de.wikipedia.org/wiki/Unierte_Kirchen_%28katholisch%29

    Su análisis comparativo sería interesante tema para investigaciones de doctorado...

    Muchos saludos!

  3. Carlos Victor Zalazar dice:

    Los anglicanos son católicos y tan católicos como los ortodoxos, ya que el término "CATOLICO", es decir, universal, proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa 'universal'. Ignacio de Antioquía da en el año 110 el testimonio más antiguo de este nombre: "Donde esté el obispo, esté la muchedumbre, así como donde esté Jesucristo esté la Iglesia Católica" (Carta a los Esmirniotas 8:2). En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".

    En segundo lugar la Iglesia de Inglaterra remonta su historia a los primeros siglos de la Cristiandad, la Diocesis de Londres ya estaba establecida en el año 180. Las evidencias arqueologicas demuestran un cristanismo muy temprano, llevado a las islas Britanicas, seguramente por esclavos de los asentamientos Romanos o por cristianos que huian a las islas Britanicas para liberarse de la persecusion, probablemente a través de las rutas comerciales del estaño compartidas con Irlanda y España y existió independientemente al igual que muchas otras comunidades cristianas de esa era. Registros señalan la presencia de obispos británicos concurriendo al Concilio de Arlés en el 314 y, mucho más destacable, Gran Bretaña fue el hogar de Pelagio, cuyas enseñanzas (Pelagianismo) se enfrentaron y casi derrotaron la doctrina sobre el pecado original desarrollada por Agustín de Hipona, es decir, muchos años antes de Enrique VIII como nos pinta la iglesia romana.