Con gran alegría les compartí la información en su momento. Alegría que tiene que ver, sobre todo, por lo que tuvo que ver con mi vocación sacerdotal su testimonio personal. En esa misma entrada les ponía las razones por las cuales será beatificado, tal cual lo presenta el Vaticano.
Como era de esperar, quienes viven al filo del catolicismo reaccionaron con poco agrado frente a la noticia.
Desde la "izquierda progresista" (no me gusta esta terminología, pero es la que se usa, así que la consigno para que nos entendamos) mi punto de referencia es el sitio Atrio. En "Canonizaciones y beatificaciones" uno de sus autores se despachó con cierto desprecio al acontecimiento en sí y a la persona de Karol en particular. Nada raro en lo que dicen, de acuerdo a la lógica de su línea editorial.
Desde la "derecha tradicional" uno de sus difusores locales tituló así: "Ni beato ni magno... entren y firmen". El mismo desprecio (por otras razones tan ideológicas como las de los anteriores) hacia la persona y el acontecimiento. Nada raro en lo que dicen, de acuerdo a la lógica de su línea editorial.
Les confieso que este último artículo me provocó nauseas y pensaba hacer un comentario en este sitio. Pero Hernán ha subido en su blog un escrito que los invito a leer y (sobre todo) meditar: "la visibilidad de los santos". No les hago aquí una cita textual de un trozo porque es muy recomendable que lean todo lo que dice.
Muy bueno el escrito de Hernán!!! Confieso que el término antijuanpablistas es nuevo para mi. Si supieran que los santos quieren ser más invisibles que visibles... Roguemos a Juan Pablo II por la conversión de nuestros hermanos.