¡Atención! Lo que sigue es para agendar y no olvidarse nunca:

males y bienes

No... no tiene que ver con el ahorro... si eso pensaste al ver la foto. Tiene que ver con esta afirmación:

 

Nadie cambia por un mal presente

sino por un bien ausente.

 

Cuando estamos mal... queremos salir de ese mal y estar mejor. Pero nos equivocamos si ponemos la mirada en ese mal que nos agobia para sacar de él la fuerza para renovarnos. ¡Muy equivocados!

El mal, filosóficamente hablando, no existe en sí: es simple ausencia del bien. Por eso el mal despierta en nosotros la nostalgia de una ausencia (como meditáramos largo en este artículo). Y es ese bien ausente el que queremos lograr.

Cuando detectamos ese bien que nos falta, enfocamos allí nuestro esfuerzo y dedicación. El bien ausente despierta en nosotros la esperanza, que es el motor que nos permite caminar seguros... aún en las oscuridades o dificultades de la vida. Cuando descubrimos el bien ausente se desata la capacidad de resiliencia que nos hace caminar en pos de la felicidad.

Así que si padeces males y quieres superarlos... ¡pregúntate que es lo bueno que te falta! Y, si te preguntas si El Bueno está ausente, y lo confirmas... regresar te dará el inicio de la felicidad. ¡Garantizado!

¿Te parece que esto es así?

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One Comment

  1. quiero que asi sea...mi bueno rstá ausente...que se presente por favor!!!!