Es la gran pregunta que nos hacemos. La respuesta nos puede ubicar frente a un misterio de amor que nace desde el seno mismo de la Trinidad o a un acontecimiento humano en el cual prima la codicia y la sed de poder. Estas dos respuestas posibles nacen de dos fuentes distintas. La primera descubre a la Iglesia desde el plan divino, desde la Revelación que tiene su cúlmen en el Hijo que se hace carne y habita entre nosotros: Jesús. La otra es una respuesta solamente humana que está a la altura de lo humano... nada más.
El Concilio se planteó a la Iglesia como misterio, es decir, como algo que se entiende solamente desde la mirada del creyente que acepta la Revelación Divina. En este video, el cuarto de la serie Concilium, les comento más en profundidad el tema:
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