En la Liturgia de la Palabra de las Misas de esta noche y mañana se lee un trocito del Libro de los Números. Allí está esta bendición (6,24-26):
“Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti
y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro
y te conceda la paz.”
Este es mi deseo para todos ustedes (y para mí también). Que el año que comenzamos sea un profundizar en la gracia y la misericordia que da el encuentro con el Señor. Y que obremos en consecuencia con tamaño regalo.
De mi parte, también le pido más fidelidad y “parresia” (ardor) para vivir mi ministerio.
El Señor en su infinito amor te concederá lo que le pedis , porque es lo que el quiere de cada uno de nosotros y mas aún de sus hijos predilectos los sacerdotes. Gracias por tan buenos deseos que no es mas que agradar a Dios.