Paciencia en las pruebas

Pedí una Palabra al Señor para que me dé luz y consuelo en estos momentos de tinieblas que estoy, que estamos viviendo los sacerdotes de Paraná. Este fue el texto que me dio:

"Queridos míos, no se extrañen de la violencia que se ha desatado contra ustedes para ponerlos a prueba, como si les sucediera algo extraordinario.

Alégrense en la medida en que puedan compartir los sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su gloria, ustedes también desbordarán de gozo y de alegría.

Felices si son ultrajados por el nombre de Cristo, porque el Espíritu de gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre ustedes.

Que nadie tenga que sufrir como asesino, ladrón, malhechor o delator.

Pero si sufre por ser cristiano, que no se avergüence y glorifique a Dios por llevar ese nombre." (1 Pe 4,12-16)

Este domingo la Palabra del Evangelio también me tocó muchísimo. La homilía, más que un "sermón", fue un testimonio de vida. La perícopa “no temas, basta que creas” (Mc 5,36) me acompañó en el discernimiento final de mi vocación. Fue escucharla y decidirme a dejar trabajo y carrera universitaria para comenzar mi formación rumbo al sacerdocio. Fue la Palabra constante de Jesús cuando las tormentas personales arreciaban. Y salió de nuevo… como para volver a ubicarme: ahí está el rumbo, no te olvides que no estás solo, Yo estoy con vos, te acompaña quién ha vencido al mundo.

Pasarán las personas con poder… pasarán las maldades que se desatan… pasarán las tinieblas que producen nuestros pecados… todo pasará un día. Solo el Resucitado no pasará jamás: esa es mi esperanza y mi meta. ¡Que su Venida me agarre confesado!!!