El Papa Francisco, habándole a la Iglesia italiana, ha recordado algunos rasgos del humanismo cristiano. El discurso, en italiano, lo pueden leer completo desde el sitio vaticano. Por su parte, el VIS nos ha compartido algunos trozos en español. Se los retransmito a ustedes. Todo lo que sigue luego de la imagen son palabras textuales del Papa. Yo solo puse algunos títulos y las negrillas para resaltar el contenido.

El fundamento del humanismo cristiano

Sólo podemos hablar de humanismo partiendo de la centralidad de Jesús encontrando en él los rasgos del verdadero rostro del hombre. Es la contemplación del rostro de Jesús, muerto y resucitado la que recompone nuestra humanidad, también la que está fragmentada por las dificultades de la vida, o marcada por el pecado. No hay que domesticar el poder del rostro de Cristo. Su rostro es la imagen de su trascendencia. No quiero esbozar aquí en abstracto un "nuevo humanismo", una cierta idea del hombre, sino simplemente presentar algunos rasgos del humanismo cristiano, que es el de los sentimientos de Cristo Jesús... No son sensaciones provisionales del ánimo, sino la cálida fuerza interior que nos hace capaces de vivir y de tomar decisiones.

La fuerza interior que nos guía

El primer sentimiento es la humildad... La obsesión por preservar la gloria y la ''dignidad'' propias, la influencia propia, no debe ser parte de nuestros sentimientos. Debemos buscar la gloria de Dios, que no coincide con la nuestra. La gloria de Dios que resplandece en la humildad de la cueva de Belén o en el deshonor de la cruz de Cristo siempre nos sorprende.

Otro sentimiento es el desinterés... La humanidad del cristiano está siempre en salida ... Evitemos, por favor, encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres donde nos sentimos tranquilos... .Nuestro deber es trabajar para hacer de este mundo un lugar mejor y luchar. Nuestra fe es revolucionaria por un impulso que viene del Espíritu Santo.

Otro sentimiento de Jesucristo es la dicha. El cristiano es un bienaventurado.... En las Bienaventuranzas, el Señor nos muestra el camino. Recorriéndolo, los seres humanos podemos llegar a la felicidad más auténticamente humana y divina..... Para los grandes santos la felicidad tiene que ver con la humillación y la pobreza. Pero incluso entre los más humildes de nuestro pueblo hay una gran cantidad de esta bienaventuranza: es la que conoce la riqueza de la solidaridad, del compartir también lo poco que tenemos...Las bienaventuranzas que leemos en el Evangelio comienzan con una bendición y terminan con una promesa de consuelo. Nos introducen en un camino de grandeza posible, la del espíritu, y cuando el espíritu está dispuesto el resto viene por sí solo.

El llamado a la sinodalidad

Humildad, desinterés, bienaventuranza.. también tienen que decir algo a la Iglesia italiana que hoy se reúne para caminar juntos en un ejemplo de sinodalidad. Estas características nos dicen que no debemos estar obsesionados por el "poder", incluso cuando asume el rostro de un poder útil y funcional a la imagen social de la Iglesia. Si la Iglesia no asume los sentimientos de Jesús, se desorienta, pierde la dirección. Una iglesia que tiene estas tres características (humildad, desinterés, bienaventuranza) es una Iglesia que reconoce la acción del Señor en el mundo, en la cultura, en la vida cotidiana de las personas. Lo he dicho muchas veces y lo repito hoy: ''Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades''.

Las tentaciones que tenemos

Las tentaciones a las que enfrentarse son muchas. Hablo al menos de dos: La primera es la pelagiana, que empuja a la Iglesia a no ser humilde, desinteresada y bienaventurada. Y lo hace bajo la apariencia de un bien ...A menudo nos lleva también a asumir un estilo de control, de dureza, de normatividad. La norma da al pelagiano la seguridad de sentirse superior, de tener una orientación precisa. Allí encuentra su fuerza, no en la levedad del soplo del Espíritu. Frente a los males o los problemas de la Iglesia es inútil buscar soluciones en el conservadurismo y el fundamentalismo, en la restauración de conductas y formas superadas que ni siquiera tienen la capacidad de ser culturalmente significativas. La doctrina cristiana no es un sistema cerrado, incapaz de generar preguntas, dudas, interrogantes , sino que está vivo, sabe inquietar, animar. Su rostro no es rígido, su cuerpo se mueve y crece, su carne es carne: la doctrina cristiana se llama Jesucristo.

Una segunda tentación es la del gnosticismo que lleva a confiar en el razonamiento lógico y claro, que, sin embargo, pierde la ternura de la carne del hermano....La diferencia entre la trascendencia cristiana y cualquier forma de espiritualismo gnóstico reside en el misterio de la Encarnación. No poner en práctica, no conducir la Palabra a la realidad, significa construir sobre la arena, permanecer en la idea pura y degenerar en intimismos que no dan fruto, que hacen estéril su dinamismo.

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One Comment

  1. JoseMaria Rubio Uribe dice:

    Encontré este blog y francamente me parcecio muy importante en cuanto a sus temas pues me servirán para mis catequesis y homilías en la Parroquia a la cual sirvo Dios lo acompañe y el Espíritu Santo le siga iluminando su mente para la Nueva Evangelizacion