El fin último que tienen nuestras actividades le da sentido a todo.

Meditación del Evangelio de Hoy: Lucas 10,38-42

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude".
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".

Una reflexión en video

https://www.youtube.com/watch?v=rg22Arh4Zww
Lo cotidiano nos lleva de un lado a otro... entretiene nuestro corazón, nuestra inteligencia, nuestra vida. Y está muy bien que lo vivamos con intensidad. Pero si no la ponemos a la luz del fin último de nuestra existencia... a la corta o a la larga todo pierde sentido.

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