Una vieja película muestra a los veteranos que regresan, heridos y acongojados por la guerra. De fondo se escucha un repicar de campanas y surge la preguntas: ¿por quién suenan las campanas? ¿por los que vuelven triunfantes o por los que quedaron tendidos en el campo de batalla? Todo un signo para entender algunas cosas que nos pasan.
Los veteranos de guerra en la Argentina de hoy no son quienes vuelven de Malvinas o del Líbano. Los veteranos de guerra de la Argentina de hoy son los que nacen a pesar de que la espada del aborto pende sobre ellos.
La semana pasada nos alegrábamos de que un bebé bonaerense se salvara. Esta semana nos enteramos que un bebe mendocino fue condenado a muerte. Y en medio de la alegría del ministro de salud de esa provincia. Ni queremos pensar el estado de ánimo de su par nacional.
Por esto, sin mucho que decir, pero con mucho dolor en el alma, nos preguntamos: ¿Por quién doblan las campanas? ¿Será para festejar el triunfo de la vida de un bebé bonaerense? ¿O será para despedir de este mundo a un bebé en Mendoza?
Y junto a esto te preguntamos: ¿Por quién haces sonar, vos, tus campanas? Cuanto silencio de muerte recorre hoy nuestra patria.

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