Esta pregunta suena en mis oídos mucho más frecuente de lo ustedes pueden suponer. Es que hay una confusión en algunos creyentes acerca de lo que es la tentación y el pecado en sí. Para comenzar a resolverla creo que es conveniente poner nuestra mirada en Jesús. Dos pasajes bíblicos nos pueden iluminar muy bien.
El primero lo trae la Carta a los Hebreos. Dice que
“él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado” (4,15).
Y en esas “mismas pruebas” hay que incluir la tentación. Los Evangelios nos las relatan a esas pruebas al comienzo de su ministerio. Tomemos, solo a modo de ejemplo, lo que nos dice Lucas:
"Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días." (4,1-2)
La primera conclusión es muy sencilla y evidente: Jesús fue tentado por el demonio pero en Él no hubo sombra de pecado... en toda su vida. Por lo tanto la tentación no es pecado.
Distingamos
La distinción entre estas dos cuestiones de nuestra alma es muy importante. Y es bueno tener en claro en qué consiste cada una de ellas.
La tentación es la invitación a obrar mal que nos hace el mal espíritu. Se dice que, en nuestro combate espiritual, somos tentados por el mundo, la carne y el demonio. No daremos muchos datos sobre estos enemigos, porque algo ya hemos dicho al respecto. Ahora simplemente recordemos que hay “fuerzas” malignas que nos quieren empujar a vivir en la maldad. La que solemos tener más presente es la de los ángeles caídos a los cuales les decimos demonios. Pero también me puede tentar mi naturaleza frágil inclinada al pecado (San Pablo le dice a esto concupiscencia: pueden leer lo que él dice sobre sí mismo en Rom 7,14-25). El “mundo” al cual nos referimos como tentador es tu pecado, unido a mi pecado y al pecado de ellos que hacen “estructuras de pecado” que nos nublan lo que está bien y nos incitan a obrar lo que está mal (para que no nos sintamos fuera de este “mundo” pensemos simplemente que la “corrupción” que tanto criticamos está también formada por mis pequeños actos de corrupción, por ejemplo… cruzar un semáforo en rojo…).
Volvamos a recordar que la tentación es simplemente “invitación”. Y el consejo de Pedro sigue siendo muy actual: “resistan firmes en la fe” (1Pe 5,9). Este es el combate espiritual del cual hablábamos: el uso de la libertad para obrar bien.
El pecado, por su parte, tiene un elemento muy importante: el uso de la libertad para obrar mal. Porque el pecado consiste en que yo sé que hay algo que es malo y yo lo hago. Es consentir en esa obra mala. En este sentido nos ayuda mucho el relato de la primera caída del Génesis (3,6): con el fruto prohibido fueron tentados nuestros primeros padres (como Jesús en el desierto)… pero el pecado vino cuando lo toman y lo comen.
Uno puede tener un ciarrillo en la boca y no fumar... jeje
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Un abrazo.
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gracias padre por esta aclaración sostenida en las sagradas escrituras, es un tema que a la mayoría de los cristianos provoca escrúpulo debilitando la voluntad y haciendo como imposible lo que El nos llama sean santos como Yo Soy Santo 1 Pe. 1, 14-16. Como hijos obedientes no procedan de acuerdo con los malos deseos que tenían antes mientras que vivían en la ignorancia. Así como aquél que lo llamó es santo, también ustedes sean santos en toda su conducta.
Gracias Padre, como siempre nos ayuda mucho. Un abrazo en Cristo
Gracias!!! Me ayudar a mucho!!
perdóneme Padre por lo que le voy a preguntar.Lo hago con la sola intención de comprender. Soy cristiana y práctica. ¿Cómo se hace para vivir contra la corriente? Hoy en día hay muchos cambios. Muchos seres bien intencionados y a la vez, muy solos. Por ej: ¿Sería pecado que una persona que está sola---supongamos mujer--- conozca un hombre que ya no ama a su mujer, por estar separado hace muchos años sin ninguna posibilidad de volver a unirse y decida hacerlo con un nuevo amor en donde hay comunión de almas? Para la religión católica debe desistir de esa unión para no cometer adulterio. Tengo entendido que los judíos aceptan una nueva unión cuando la anterior ha fracasado. Porque ellos dicen que eso es dar vida. Si un ser solo desea rehacer su vida con un nuevo amor, me pregunto, ¿a quién dañarían en el caso de unirse? Ademas de transformarse en almas solitarias y tristes. Yo no creo que Dios desee fieles tristes- Desearía saber si existe algo escrito en las leyes de Dios acerca de este problema que tanto aqueja a las personas en un mundo que ha evolucionado en forma tan distinta a lo supuesto siglos atrás. Gracias Padre, porque las veces que lo he preguntado en un confesionario me han defraudado sin explicarme nada al respecto. Soy cristiana y rezo continuamente.
Estimada, te respondo como a una católica creyente. Nosotros creemos que jesús es el Hijo de Dios entre nosotros. Su palabra es palabra de vida definitiva. A él le preguntaron sobre este tema y dio enseñanzas muy claras y precisas. Lo puedes leer en el Evangelio de Mateo: 5,27-32 y 19,1-12 (buscalas en tu Biblia).
La Iglesia Católica no hace más que respetar las enseñanzas del maestro como revelación de Dios, precticarla y enseñarla. La conversión, para cada uno de nosotros, es adecuar la propia vida y los propios criterios a la palabra de Jesús. Eso nos hace creyentes.
hay que tener claro que vivimos en una sociedad altamente contaminada por el pecado sin pensar que todo lo es ni se puede polarizar las situaciones y condenar a diestra y siniestra pero sin lugar a dudas podemos viajar y tratar de vivir en una iglesia llamada a conducirse y enfrentarse ante la realidad del hombre de nuestro tiempo. Esto le a costado mucho a S.S Francisco en mi país Colombia quienes se declaran acérrimos enemigos de el declarándolo como "prácticamente un enemigo de la iglesia". Si leemos documentos del Concilio Vat II el santo padre solo a cumplido con un espíritu de renovación que se hace escuela en nuestra iglesia y no podemos mirar a tras pensando únicamente que todo pasado fue mejor y otras creencias que mas que bien destruyen el principio de la misericordia y la fe