El Papa Francisco se ha reunido, como todos los años, con la Renovación Carismática Católica. Les ha hablado de sus temas. Pero quisiera compartirles lo que dijo sobre los Seminarios de Vida en el Espíritu, elemento tan característico de esta corriente de Gracia.
Les dejo las palabras del Papa, pero antes les hago dos subrayados. Uno, la importancia de volver al primer anuncio de la fe, el kerigma cristiano. Y estamos viviendo un tiempo en el cual esta urgencia es imperiosa. Volver a proponer una fe concreta y viva. Ya sea con las características propias de este movimiento o con otras características de otros movimientos.
Sea con la metodología que sea... el primer anuncio es algo que debe volver a estar en nuestros planes pastorales.
Y, segundo pero no menos importante, redescubrir que la fe es proceso. El kerygma transforma la existencia con una experiencia de encuentro y conversión. Pero necesitamos volver a pensar y proponer formas de acompañamiento al convertido... para que el fuego no se apague.
Con esto en mente, les dejo las palabras de Francisco:
“Un objetivo que se han propuesto, y que yo mismo he animado, es el multiplicar los, así llamados, “Seminarios de vida nueva” en todo lugar y para todos.
Se trata de momentos de “primer anuncio”, muy kerigmáticos, que ofrecen a las personas la posibilidad de un encuentro con Jesús vivo, con su Palabra con su Espíritu, con su Iglesia percibida como un ambiente de acogida, como un lugar de gracia, de reconciliación y de regeneración.
Por ello los he exhortado a proponer estos Seminarios en el modo más amplio posible. Así pues, hoy les pregunto: ¿se están ofreciendo estos Seminarios de vida nueva en los distintos contextos eclesiales, aún en aquellos más remotos y pequeños, incluso entre los pobres y en las periferias? Cada uno dé una respuesta en su corazón.
Un obstáculo podría ser pensar que estos Seminarios están destinados solo para las grandes estructuras y para los líderes más destacados, cuando en realidad también los pequeños grupos parroquiales y los responsables locales pueden organizarlos y ofrecerlos a las personas de su territorio.
Habría que considerar también que los Seminarios de vida nueva suelen ser vividos por las personas como experiencias muy fuertes, que les resultan determinantes para un verdadero cambio de vida. Cambio de vida: ¡después de un seminario la gente cambia de vida!
Sin embargo, solo son el comienzo, un fuego muy intenso que se enciende, pero que corre el riesgo de extinguirse si no se alimenta. Por eso, después de los Seminarios, son indispensables los itinerarios formativos que ayuden a tener viva la gracia recibida, y sostengan un proceso gradual de crecimiento en la fe, en la vida de oración, en la conducta moral; así como la participación en los sacramentos y en la acción caritativa y misionera de la Iglesia.”
Dejá tu comentario sobre las experiencias de primer anuncio que hay en tu comunidad.