Un tema al cual los católicos aportamos lo esencial de nuestra actual configuración como subcontinente. Aunque parece que hoy tenemos vergüenza de afirmarlo o, peor, desconocimiento de la obra que se ha realizado.
Un documento de los obispos argentinos, “Iglesia y Comunidad Nacional”, es una contribución que deberíamos releer constantemente. Allí se nos presenta una síntesis de la doctrina social de la Iglesia con un sabor particularmente argentino y, por eso, latinoamericano. Antes de desarrollar los fundamentos doctrinales pone la mirada en “nuestra historia”, desde nuestros orígenes hasta los últimos tiempos de ese momento (1981). A pesar de que ha cumplido ya 30 años, tiene una actualidad digna de destacarse.
En los puntos 5 al 8, bajo el título “Identidad y unidad cultural latinoamericanas”, dice:
El espíritu cristiano que la Iglesia sembró en el momento que el elemento autóctono enfrentaba al llegado desde Europa, contribuyó a crear un dinamismo general de un nuevo tipo cultural y de una particular unidad espiritual a escala latinoamericana.
La Iglesia, en efecto, al predicar la fe e impartir el bautismo al indígena, reconocía su carácter racional y humano. Procediendo así, cultivaba en él la conciencia de la propia dignidad del hombre, hijo de Dios, e impulsaba al europeo al reconocimiento de esa dignidad. Por eso, la fe y el bautismo recibidos por la mayoría, fueron semilla de una básica conciencia de igualdad y de la posesión de derechos comunes al blanco y al indio.
Ello coadyuvó a fortalecer una tendencia integradora de culturas a través del mestizaje, que se manifiesta claramente en estos territorios desde los inicios de la conquista. Prácticamente en el término de un siglo nace una nueva cultura, fruto de la integración del indígena, el negro y por el conquistador hispano-lusitano que desemboca en un hondo e integrador mestizaje cultural.
Además de la nueva identidad cultural, que surge del encuentro de las razas, comienza a gestarse la integración de los pueblos americanos que se saben vinculados por una misma fe, una misma lengua, un idéntico estilo de vida que muestra valores y rasgos comunes, conservando sus particularidades regionales.
América, integrada políticamente a España, no fue una mera repetición cultural, ni de España ni de las culturas precolombinas. Nació y se formó un nuevo pueblo. Y así, en la conciencia de esta nueva y propia identidad, en la conciencia común y solidaria de una propia dignidad que se expresa en el espíritu de libertad, se preparó, ya desde entonces, el principio de la futura independencia.
A partir de estos inicios de la América hispana, en cuyo seno germinó nuestra Nación, se nos plantean grandes interrogantes e inquietantes alternativas: ¿Perseveraremos en partir de la base de un humanismo impregnado de espíritu cristiano? Y, ¿cómo mantener un espíritu cristiano abierto, acogedor y pluralista? ¿Continuaremos en la unidad cultural que nos marcó en los comienzos y recomenzaremos desde otro nacimiento? En todo caso ¿cómo ser fieles a nuestra identidad, sin dejar de asimilar creativamente l os valores que aportan otras culturas y la misma evolución de los tiempos? Y, ¿cómo abrirnos a lo universal sin caer en cómodas subordinaciones o en fáciles imitaciones?.
Del amplio ámbito de aquella unidad cultural surgieron la Nación argentina y otras Naciones hermanas. El pueblo argentino nace en el espacio fraterno de la solidaridad latinoamericana que no puede ser borrado de la memoria histórica.
El punto de partida de una reflexión que los católicos debemos hacer. Sobre todo hoy cuando con “contrafestejos” o el “día de la diversidad cultural” se niega este substrato católico (Puebla, 412).
Sobre este tema girará hoy nuestro programa Tupambaé, por FM corazón (104.1 de Paraná) de 22 a 24 hs.
Los contrafestejantes si tendrian que ser coherentes y reivindicar la cultura precolombia tendrian que andar siempre a pie, antes de la llegada de los europeos a estas tierras ni siquiera existia la rueda ni los caballos. Tampoco tendrian que andar festejando con empanadas como lo hicieron, comida esta de origen hispano y morisco. Tambien tendrian que dejar de hablar el idioma castellano. En fin, creo que el resentimiento lleva a locuras increibles. Pero lo que los contrafestejantes deben hallarse comodos es en la renuncia a la Fe. A cambio proponen un indigenismo, un marxismo arcaico y un ecologismo desligado de lo sobrenatural. Un absurdo propio de esta epoca decadente y culturalmente suicida. Para quienes quieran ahondar en el tema propongo la lectura de los libros del Dr. Vicente Sierra ASI SE HIZO AMERICA y EL SENTIDO MISIONAL DE LA CONQUISTA DE AMERICA. Ademas la esclarecida obra de Romulo Carbia HISTORIA DE LAS LEYENDAS NEGRAS HISPANOAMERICANAS. Me parecen interesantes las obras de los padres Guillermo Furlong SJ y Caytano Bruno SDB. Para quienes quiera aprender historia y no ideologias baratas.
Creo que nada mejor que la poesia para expresar ciertas realidades
I
Llevaban la espiga y la rosa
Y los Mandamientos y el Ave María.
Era sembradura de luz y armonía
Lo que parecía
Ruidosa
Galopada de Muerte y Dolor.
Estuvo el Señor
Apretando los brazos de España
Con viento de llano y de sierra,
Durante ocho siglos para aquella hazaña
De cíclopes...
Tierra
Prometida: ¡cómo te quisieron!
Ocho siglos de ronda te hicieron
Los conquistadores.
Para coronarte la frente serena
Te cortaron jaras de Sierra Morena
Y espigas y flores
De Granada. Y el buen español
En las costas del claro Levante
Bebía los oros del sol deslumbrante,
Como presintiendo la luz de tu sol.
Era el monte ensayo de futuros Andes
Y era ensayo de pampa la vega.
Pequeños infantes morenos se curtían en ímpetus grandes
Manejando las hoces de agosto en la siega.
Ocho siglos duró aquel momento
De la Gran Promesa:
Noviazgo de un Mundo. Viejo Testamento.
Lección de ambiciones...
Y luego: ¡la empresa!
Ya es de España toda la tierra del moro.
Maduran naranjas de oro
Sobre el azahar blanco de la profecía.
Las claras espadas se llenan de luz y alegría.
Escupen los altos corceles, piafando con algarabía,
Sobre los arzones, plata temblorosa.
Siguiendo la curva celeste del día
Ya van los galanes buscando la esposa.
¡Le llevan la espiga y la rosa
y los Mandamientos y el Ave María!
II
Fiesta, gozo y luces del Renacimiento:
¡Qué estrecha es la tierra!¡Qué ancho el Pensamiento!
Sin la dura España, brazo de gigante, corazón de mozo,
¿dónde te cabría la risa y el gozo?
Para el despilfarro de tus altos sueños, Pródigo y Poeta,
¡España ha agrandado el planeta!
Banquero rumboso, después del banquete, la frente ceñida de flor,
Con gesto de loco y señor,
Tira tú en el Arno, tira tu vajilla...
¡Oro para ciento te dará Castilla!
Y tú niega a Cristo, fray Martín Lucero:
Mientras que tú arrasas, siembra el misionero.
Y tú, Juan Jacobo, blando y soñador
Del río y la flor,
Sé de la gran Duda profeta y maestro...
¡Por el Amazonas se oye el Padrenuestro!
A orillas del Sena, la Razón se dice triunfante y señora;
A orillas del Plata se levanta un Cáliz vestido de aurora.
Mientras canta un mundo, vela otro, callado, junto al candelero,
En las catacumbas de otro año primero.
Mientras se emborracha con la escandalosa
Canción nueva un mundo lleno de ufanía,
Hay todo un Imperio que guarda la rosa
Y el Ave María.
III
Y acertaste, España, guardando en tus manos
La intacta blancura de tu flor de novia.
Mira cómo rugen los mares del Norte, lejanos;
Cómo las cigüeñas no pueden posarse en Varsovia.
¿No era el lema “un dulce vivir libre y blando”?
¿No era el albedrío la única Verdad?
Unos hombres grises, con hoscas caretas, se encorvan labrando
Tumba de trincheras a la Libertad.
Escúchalo, España: galopan caballos, retumba el cañón.
¡Mira si era tuya toda la razón!
El tordo del gaucho olfatea huracanes,
Y en Sevilla se mustia un jazmín.
¡Frente al mundo oscuro de los gavilanes
alcemos un grito de amores sin fin!
Mundo de dolores, muertes y locura,
Por el Occidente se oye una voz pura:
La América virgen y la España aún llena
Del temblor del Ebro, Huesca y Teruel,
Te ofrecen el oro de esta paz serena
Que rentan las joyas de Doña Isabel.
Toda Europa es grito de feria y mercados.
Retumban cañones, se rizan banderas,
Pregona uno: ¡Sangre! ¡Vidas y soldados!
Y otro: ¡Minas!¡Costas!¡Petróleo!¡Fronteras!
Y se viste de lutos el día.
Y se mustia de penas la esposa.
Y el uno: ¡Abrid paso a mi luz victoriosa!
Y el otro: ¡Adelante, que la tierra es mía!
Y nosotros, tercos: ¡Por amor : la rosa,
La rosa, la rosa... y el Ave María!
SE LLAMA "POEMA DE LOS CONQUISTADORES" DE JOSE MARIA PEMAN. CREO QUE ES UNA BUENA SINTESIS DE LO QUE ESTA EN LOS LIBROS.