Cuando miramos la vida de la Iglesia hay dos perspectivas. La de mirar el vaso medio vacío y denunciar todos los pecados que hay en su interior. O cuando miramos el vaso medio lleno y alabamos a Dios por la vida de santidad que hay en lo cotidiano. Ambas miradas son válidas pero no son excluyentes. O caemos en la tentación de vivir o de “complejos” o de “exitismos”.

Yo creo, como lo dice el Concilio Vaticano II (y recordé en este artículo), que la Iglesia es a la vez santa y pecadora. Santa por la presencia del Espíritu Santo que es su alma que le da vida. Pecadora por nuestras miserias humanas que necesitan de conversión constante. Pido perdón en cada Misa por nuestros pecados y alabo al Altísimo por su obra en los fieles, en la Iglesia.

Sin ser triunfalista, trato de rescatar el medio vaso lleno. No porque sea iluso. Sino porque del medio vaso vacío muchos se encargan de ponerlo en evidencia. Demasiados.

Me encanta esta canción, que se las paso en esta versión de Louis Armstrong. Por el ritmo y por la letra. Habla de eso, de los santos que van marchando hacia el Señor.

Y la canción viene a colación por lo que viví el viernes y el sábado como parte de esa Iglesia que marcha, esa Iglesia peregrina de Dios.

 

El jubileo del clero de Paraná

Estamos en el año de la misericordia. Convocado por el Papa Francisco para que redescubramos el rostro maternal de un Dios que nos ama, nos convoca y nos abraza cuando, como hijos pródigos, volvemos a su casa. Y todos tenemos que volver constantemente a la Casa del Señor, al abrazo del Padre. Los sacerdotes también. Los de Paraná, sobre todo.

procesión

En este contexto, como clero nos sumamos a la fiesta patronal de la ciudad de Ramírez. Allí participamos de la procesión y de la Misa, como un gesto de recibir las gracias de este año. Aprovechamos que era la jornada de oración por la santificación del clero y que esta parroquia tenía ese día las indulgencias jubilares por ser su día patronal.

Durante la homilía nuestro Arzobispo nos invitó a sentirnos también ovejas que son buscadas por el Buen Pastor. Vivir en su presencia y dejarnos reconciliar cuando nos alejamos de ella. A nosotros también, muchas veces, Jesús sale a buscarnos. Dijo otras cosas más… pero esto fue lo que en verdad tocó mi corazón en ese momento.

Ah… compartimos también el almuerzo patronal con la comunidad. Un riquísimo asado con cuero. Mil gracias a la comunidad de Ramírez por recibirnos. Y los las crismeras que regalaron a cada sacerdote presente. El Señor les colme con el céntuplo todos los gestos de delicadeza que tuvieron. En verdad, fueron una caricia para el alma de los consagrados allí presentes.

La Experiencia de kerygma y Vida

El viernes a la noche terminamos la cuarta. En la foto están los participantes y los miembros del equipo. Faltan los jóvenes que cuidaban los niños para que los padres estuvieran atentos solamente a lo que estaban recibiendo.

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A lo largo de estas siete semanas pudimos experimentar el paso del Dios Vivo en nuestros corazones. Muchos testimonios de los participantes así lo manifestaban. Y también nosotros, los del equipo evangelizador, crecíamos en la experiencia de lo divino. Una de las cosas que rescato, sobre todo luego de la efusión del Espíritu, es que muchos descubrieron al Espíritu Santo como el Dios Vivo y cercano en su vida. Es que sigue siendo “el Dios ignorado”, como titulara algún libro de teología.

Ahora toca crecer en lo recibido. Y, en el camino de evangelización parroquial que nos hemos trazado, volver a repetirla nuevamente para la Pascua del año que viene. Pero también se hará realidad la promesa para la cuaresma próxima: la Mistagogía de la Fe, que es el segundo paso de los cinco que tiene este Camino.

El sinodeo sobre la escuela parroquial

El sábado fue la octava sesión del sínodo. Con lluvia y frío en el ambiente climatológico. Pero con una interesante y cálida participación de los sinodales en el tema del día. El Instrumento de Trabajo sobre “Parroquia y escuelas católicas” generó 26 ponencias y alrededor de 10 mociones.

Las ponencias recuerdo el número exacto porque soy quién hace el registro de los oradores. Sobre las mociones… no sé el número exacto porque no es mi tarea (es de los moderadores). Y como no las voy contando… me pierdo. Por eso puse alrededor de 10.

escrutinio

La foto tiene que ver con un momento importante: el escrutinio de las votaciones. Es que, además de la discusión anteriormente descripta, se hacen cuatro votaciones en el aula sinodal. Una, por si o por no, sobre el esquema de conclusiones (en este caso fue sobre la cuestión 7: “Parroquia y pastoral juvenil y vocacional”). Aprobada esta, se vota en particular cada una de estas cuestiones.

Si son aprobadas, los sinodales pueden pedir modificaciones a la redacción de cualquiera de estas (deben acompañar dicho pedido con la firma del 10% del quórum de sinodales). Este pedido de modificación lo toma la Comisión y reelabora el texto para ser votado en la próxima sesión.

Esa fue, justamente, la tercera votación que hicimos: las mociones de modificación de las propuestas de la 6° cuestión: “Parroquia y pastoral familiar”.

Luego vino todo el debate que les conté más arriba sobre la 8° cuestión. Todo lo dicho pasa a la Comisión de Trabajo correspondiente para que elabore las conclusiones que serán presentadas, y votadas, la sesión siguiente. Se suman a dicha Comisión cuatro sinodales, propuestos por la Asamblea y votados al final de la sesión. Ese fue el cuarto sufragio que auditaron los de la foto.

Como pueden ver, dicho sea de paso, en sínodo es un proceso lento y fatigoso de discernimiento de los signos de Dios que, por pedido de Mons. Juan Alberto Puiggari, está haciendo todo el Pueblo de Dios que camina en la Arquidiócesis de Paraná.

Si algo tengo que rescatar, entre muchas otras cosas, de este proceso sinodal es la maduración conceptual y de dialogo a partir de la fe que hay entre los sinodales. Uno se maravilla al escuchar a hablar con “conceptos claros y distintos” a muchos sinodales (sobre todo los jóvenes) en temas referidos a la vida pastoral de nuestra Iglesia Particular. Un hecho maravilloso por el que hay que alabar y glorificar al Dios Vivo que nos ha llamado a sinodiar. Para Él, y solo para Él, sean todas las bendiciones.

Pueden encontrar más fotos de lo vivido en el Face del Arzobispado de Paraná o (de menor calidad, es lo que hay) en el mío Sinodiando.

Y si… hoy también vemos santos marchar… como dice la canción de más arriba… ¿no?

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One Comment

  1. No se inglés así que no se que dice la canción jajajaja....
    Muy buen artículo Padre. Me alegro por vos.
    De verdad eso de Ramirez me llena el corazón y alabo a Dios por eso. Tiene relación con lo del Papa Francisco , que hay que salir de las sacristías.
    Me imagino la gente de esa ciudad nunca debe haber visto tantos sacerdotes juntos...¡¡¡¡HERMOSO !!!!!!
    Dios los siga bendiciendo y haciéndolos fuertes en medio de las tormentas