Cuando se hacen las promesas bautismales, o se renuevan en algún momento litúrgico del año, la pregunta del celebrante comienza ”¿creen en…?”. Se hace tres veces con el contenido referido a cada una de las personas de la Santísima Trinidad en cada interrogante. La respuesta de la comunidad puede ser un “sí, creo” o “sí, creemos”. Depende de la traducción del libro litúrgico. Y me pregunto, ¿cuál de las dos es la correcta?

Sí, creo

Cuando los interrogados responden de esta manera están haciendo una profesión de fe personal. Y esto es muy correcto porque la salvación llega a mi vida por la apertura de fe que yo tengo. Nadie puede creer por mí y nadie puede reemplazarme en la respuesta de fe que yo debo dar.

Parece una tontería plantear esto, pero a veces no tomamos conciencia de lo que en verdad esto significa. Cuantas veces veo a maridos que acompañan a sus esposas a la Misa. La traen en el auto y la dejan en la puerta. Luego se van a hacer sus cosas y vuelven, puntualmente, al final de la Eucaristía para conducirlas nuevamente a casa. A veces me he acercado y les he invitado a que bajen también ellos. Con estas, u otras palabras similares, me suelen responder: “ella reza por los dos”. Parece que la respuesta de fe de la mujer suple la suya. Y no es así.

Jesús a sus discípulos les pidió una respuesta personal. Algunos como Pedro, Marta, Juan, Tomás, María Magdalena, Zaqueo, Nicodemo… la supieron dar. Otros, como el joven rico, no se animaron a darla. Jesús no obligó a nadie a creer y a actuar en consecuencia. Pero se lamentó cuando algunos no se animaron a dar ese paso: no era indiferente decir sí o no a su propuesta del Camino que lleva a la Vida Eterna. Hoy también espera una respuesta personal y decidida.

Si, creemos

Pero la fe no es algo que me aísla de los demás. La tentación de nuestros días es la fe vivida de manera privada, como respuesta de un individuo concreto a la Revelación del Altísimo. La fe, decíamos, es algo personal. Y, justamente por eso, no se puede proclamar sin los lazos fraternos con el hermano.

El creemos de la respuesta hace referencia a la conciencia de pertenecer a algo mucho más grande que mi pequeña existencia. Pertenecer a un “nosotros” de personas llamadas, ungidas y constituidas como Pueblo de Dios, como Iglesia.

Es más, también hace referencia a algo que es mucho más grande que yo y anterior a mi propia respuesta. Es unirme a un Pueblo que ha recibido la Palabra del Señor y la custodia con su vida cotidiana. El “creemos” nos inserta en la multitud de santos que nos precedieron y que fueron evangelios vivientes. El “creemos” nos inserta en la multitud de creyentes que hoy, a una sola voz, vuelven a reconocer el Señorío de Cristo y la veracidad de la Palabra que sale de su boca.

¿Entonces?

Tenemos que elegir una de las dos respuestas. Pero una no niega a la otra. Al contrario, la incluye. Te pregunto a vos en lo concreto: ¿cuál de las dos elegís? ¿Por qué?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

One Comment

  1. Me parecio muy interesante como catequesis que muchas veces se comete muchos errores por ignorancia o falta de conocimieto.
    la respuesta correcta es "si creo". la respuesta debe ser personal.