“Un hombre tenía dos hijos y los invitó a trabajar en su viña”. Dos hijos, dos actitudes: apariencia o conversión. Lo que vale no es la apariencia sino la actitud final: fue arrepentido.
Meditación del Evangelio de Hoy: Mateo 21,28-32
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
"¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue.
Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue.
¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?".
"El primero", le respondieron.
Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".
Una reflexión en video sobre el ir arrepentido
https://youtu.be/yj4GqsHX5Kk