Lo ha “dictaminado” el Papa Francisco con respecto a la Misa de la Cena del Señor (Jueves Santo). Para eso instruyó al cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Doctrina de los Sacramentos, que hiciera los cambios de “rubricas” necesarios.

Lavatorio Pies

¿De qué se trata?

El Jueves Santo, luego de la lectura del Evangelio de San Juan, el sacerdote que preside la Misa hace el mismo gesto que Jesús: lavarle los pies a doce fieles. Hasta el presente podían ser solamente varones. Esto es lo que nos informa el VIS acerca de los cambios que ha introducido el Papa:

''Después de una atenta ponderación he llegado a la deliberación de aportar un cambio en las rúbricas del Misal Romano. Dispongo por lo tanto que se modifique la rúbrica en la que las personas elegidas para el lavatorio de los pies deban ser hombres o muchachos, de manera que, a partir de ahora, los Pastores de la Iglesia puedan elegir a los participantes en el rito entre todos los miembros del Pueblo de Dios. Se recomienda, además, que a los elegidos se les dé una explicación adecuada del rito''.

En base a esto la Congregación ha publicado un decreto en la cual afirma:

''La reforma de la Semana Santa, con decreto Maxima Redemptionis nostra mysteria (30 de noviembre 1955) otorgó la facultad, allí donde lo aconsejase un motivo pastoral, de efectuar el lavatorio de los pies a doce hombres durante la Misa en la Cena del Señor, después de la lectura del evangelio según san Juan, como para manifestar de forma representativa la humildad y el amor de Cristo hacia sus discípulos. En la liturgia romana ese rito se transmitía con el nombre de Mandatum del Señor sobre la caridad fraterna según las palabras de Jesús (cfr Jn 13,34) cantadas en la antífona durante la celebración.

Al cumplir ese rito, los obispos y sacerdotes están invitados a conformarse profundamente a Cristo que ''no vino para ser servido, sino para servir'' (Mat, 20, 28) y empujado por un amor ''hasta el final'' (Jn 13,1), a dar su vida por la salvación de todo el género humano.

Para manifestar este significado pleno del rito a cuantos participan en él, el Sumo Pontífice Francisco ha considerado oportuno cambiar la norma que se lee en las rúbricas del Missale Romanun (p. 300 n.11) ''Los hombres elegidos son acompañados por los ministros''.. que debe variar como sigue: ''Los elegidos entre el Pueblo de Dios son acompañados por los ministros'' ..(y, en consecuencia, en el Caeremoniale Episcoporum n.301 y n.229 b ''las sillas para los designados'') de modo que los pastores puedan elegir a un grupo de fieles que represente la variedad y la unidad de cada porción del pueblo de Dios. Ese grupo puede estar formado por hombres y mujeres y, convenientemente, por jóvenes y ancianos, sanos y enfermos, clérigos, consagrados, laicos.

Esta Congregación para el Culto Divino y la Doctrina de los Sacramentos, en vigor de las facultades concedidas por el Sumo Pontífice, introduce esa innovación en los libros litúrgicos del Rito Romano, recordando a los pastores su tarea de instruir adecuadamente tanto a los fieles elegidos como a los demás, para que participen en el rito responsable, activa y fructuosamente''.

Hasta aquí lo mandado… pero… mis dudas.

Lo que yo opino

Particularmente creo que no va a tener buenas consecuencias pastorales prácticas este tipo de normas. No es que esté en contra de la participación de las mujeres en la vida de la Iglesia (bah… creo que discutir sobre si les puedo o no lavar las patas en la Misa no es precisamente darles “más poder”… ¿no?). Creo que deben participar más seriamente en las instancias de decisión pastoral.

Salvado lo primero… ahora al meollo. El problema de nuestras parroquias (por lo menos en mi Arquidiócesis… pero creo que es un inconveniente general) es la escasa participación de hombres en la vida cotidiana. Creo que podríamos afirmar que de cada 100 agentes de pastoral 80 son mujeres. Y tal vez me quedo corto.

Con medidas como la que detallamos arriba lo que se hace es dejar menos espacios a la participación de los varones… como varones. Vamos… que no es que habrá más mujeres sino sólo menos hombres el Jueves Santo.

La experiencia de años de párroco me ha hecho pedir a los encargados de la ceremonia que busquen varones (adultos y jóvenes… no niños) para el lavatorio. Y cuanto menos participen de la vida parroquial, mejor. Y las consecuencias siempre estuvieron a la vista: bastaba con mirarles la cara de felicidad por el momento que les tocaba vivir. Después de eso, sin más mediación, muchos siguieron participando de la vida parroquial de manera cotidiana.

La medida de permitir la participación de las mujeres lo único que va a lograr es que terminen siendo 10 mujeres y 2 hombres. ¿Exagerado? Pues les cuento, comparándola, una experiencia… la de los monaguillos.

No tengo problemas de que las nenas sirvan en el altar. Es más… creo que son más eficientes que los varones en la mayoría de los casos. Pero cuando “avanzan” las mujeres… los varones van desapareciendo. Sin ir más lejos, el año pasado tuve un piquete: me emplazaron varios varoncitos y me dijeron que querían ayudarme pero sin las nenas… Me reí para adentro… les pegué un reto lo más serio que pude… los hice hacer todos juntos ese sábado… pero les hice caso y traté de que de ahí en adelante no hicieran juntos… al más retobado lo puse de jefe de todos… problema solucionado. Pero si no les hacía caso y les daba todo el relato de la igualdad de género y esas yerbas… me quedaba con puras nenas.

Esto es lo que temo que pase en esta “cuestión del lavado de pies”. Y vos… ¿Qué opinás?

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8 Comments

  1. Mercedes Casís de Villa dice:

    Padre Fabian. Creo que tiene razón . la mujeres ya hacemos demasiado en la Iglesia.Y creo que por eso los varones no participan más. Se descansan en las mujeres.

  2. Querido Padre; es todo tan relativo;los hombres descansan siempre en las mujeres;habría que buscar la forma de acercar más a los hombres a todas las actividades cotidianas, en la educación de nuestros hijos, en las decisiones de todos los días, incluida la oración y la participación en las parroquias, lo del Papa Francisco nos supera a todos y quizás como toda modificación se verá más adelante si ayuda a evitar la huida de los fieles, mujeres u hombres, saludos y que Dios lo bendiga.

  3. claudia coello molina dice:

    Me parece muy real su opinión, pero me sorprendí mucho con el titular de " lavar las patas de las mujeres", o lo hizo a propósito para llamar la atención, Saludos Padre Fabian.

  4. Me parece incorrecta la expresion "patas de las mujeres". Una mujer no es un objeto (los objetos tienen patas) es una persona y las personas tienes pies y piernas....

  5. Ernesto Niño Mendoza dice:

    Estoy de acuerdo con varios comentaristas. ¿Por qué afirmar: "las patas de las mujeres" y no "los pies de las mujeres"? ¿O es que los hombres son los que tienen pies y ellas no? Me parece ofensivo, humillante y descortés el trato dado.

      1. Ernesto Niño Mendoza (Bogotá-Col.) dice:

        Gracias padre por aceptar nuestros comentarios. Es usted un noble sacerdote. Sería bueno que también adaptara la expresión utilizada en el texto, para que sea coherente con el título que amablemente ha corregido. Gracias de verdad. Felicitaciones por su blog. Dios le bendiga.