Esto me es necesario porque sino… esto otro me facilita la vida… aquello no es necesario pero me siento bien al tenerlo… y los argumentos se nos van cayendo de a uno detrás de todas las cosas materiales que poseemos ¿o que nos poseen?
No me he vuelto místico (o sí). Pero el robo que sufrí la semana pasada me hizo pensar muchísimo sobre el valor de los bienes materiales que tengo… que no son muchos pero los “tengo”. Muchos comentarios dejaron sobre el tema, aquí y en el Face. Creo que este es el que más me movió interiormente:
“¡Lo lamento padrecito! Pensándolo bien, ¡se puede vivir sin esas cosas!”
Durante la semana tuve un interesante proceso interior que me fue conduciendo, desde ese emergente del robo, a mis actitudes interiores de posesión. Debo aclarar que no tengo muchas cosas en propiedad. En este momento la compu del escritorio, un auto que “me lleva y me trae” y mi bien más preciado: unos 500 libros. El resto de mis cosas son las ropas y una que otra chuchería de uso cotidiano. Y lo que me robaron fueron solamente cinco elementos de electrónica.
No es que tenga muchas cosas, es el espíritu con que las tengo lo que me ha hecho reflexionar. Soy consagrado así que eso trae dos consecuencias. La primera, que no tengo familia y por eso no me hago drama de tener o no tener lo que, por ejemplo, mis hermanas y cuñados necesitan para ellos y sus hijos. Lo segundo es que lo que voy acumulando es para la obra de la evangelización, incluso el auto que lo compré cuando una parroquia anterior no quería tener uno propio de la comunidad y me aconsejaron que me comprara uno personal así “me iba haciendo”… Todo esto me permite vivir desprendido de las cosas. Pero…
En realidad la cuestión no es tener o no tener. La cuestión central es tener sin que lo que tenemos nos gane el corazón y la vida. Y esto es para todos, consagrados o no. Puedo tener mucho y ser libre y, también, puedo tener poco y amargarme por lo que me falta… y al revés también.
No tengo mucho… pero me dolió perder lo que tenía: señal que estaba aferrado a eso, que no era totalmente libre frente a mis posesiones. Así el robo fue una bendición porque me ayudó a objetivar una situación de esclavitud que estaba viviendo. Coronó este proceso el día martes cuando, en el contexto de un curso de actualización que hicimos los del clero de mi arquidiócesis, mi Arzobispo nos predicó en la Misa sobre la pobreza invitándonos a vivirla… ¡Flophh!
La foto que ilustra el artículo es de las ruinas de los Quilmes en Salta. Un momento de esplendor… conquista, destierro, viento y polvo. Así son nuestras posesiones en este mundo. Hoy la tenemos y las disfrutamos… ¿y mañana? ¿vale la pena tanto esfuerzo para algo que pasa como un suspiro? Al final de los tiempos no quedarán las cosas que amamos sino el amor con que hicimos las cosas.
Hablo como consagrado… ¿esto también vale para los laicos? Escucho opiniones.
Uno de los comentarios que más me gustó del Papa Francisco, fue ese que dice: "Alguien vió alguna vez un camión de mudanza siguiendo un cortejo fúnebre". Es para pensar: ¿Realmente vale la pena atesorar bienes materiales? Bendiciones
Santa Madre, Teresa de Jesús, en su legado nos dejó esta palabras:
"Gran remedio es para esto traer muy de continuo en el pensamiento la vanidad que es todo y cuán presto se acaba para quitar los afectos de las cosas que son tan baladíes y ponerla en lo que nunca se ha de acabar.Y, aunque parece que es cosa sin importancia, viene a fortalecer mucho al alma. Y en las cosas muy pequeñas también hay que poner mucho cuidado. Y, si nos aficionamos a una, hay que procurar apartar el pensamiento de ella y volverlo a Dios, que su Majestad ayuda." (Camino de Perfección, cap. X) Y sí, vale para los laicos, respondiendo a su pregunta, como que soy una de ellos.
Sepa que siempre le guardo un lugarcito en mi modesta oración.
Este es un tema muy interesante, sobre todo por que el mundo en su mayoria vive del materialismo, de que carro tienes, cual es tu ultimo I phone, etc. Si, Padre su tema es sobre todo, siento, para nosotros los laicos. Pues como verdaderos Catolicos Cristianos, debemos poner siempre de antemano al Altisimo, al Todo Poderoso, pues somos sus hijos, y si de verdad creemos con el corazon en sus Palabras del Evangelio, nuestra vida Espiritual se elevaria y no buscaramos los placeres de este mundo, mas lo necesario para el diario vivir, y llevar una vida como la misma Teresa de Avila lo decia, una vida de recogimiento, en donde nuestro Castillo Interior es el corazon, en el que elevemos nuestro pensamiento, amor, oblacion y amor a Jesus, lo demas viene, pero nos dejamos llevar por la zozobra, por el tener, por la exigencia de los mismos hijos, y esto nos aleja de Dios, pues estamos en una carrera de comprar esto, lo otro, y
para que?? si, dejar a los hijos la edcacion, es muy bueno, pero tambien la ensenanza de que primero elevemos nuestro pensamiento a Dios, y que El nos proveera de lo necesario. Pero es una labor tan dificil de hacer enternder en esta epoca en que las grandes empresas bombardean a nuestros jovenes con productos, donde se nos ve solamente como un objetivo al que hay que sacarle dinero, y si no estamos en union con Dios, nos convertimos en victimas de la mercadotecnia y del materialismo. Dios le bendiga Padre y que el Espiritu Santo llene su corazon y lo inflame de amor al Cristo Crucificado. Amen
De verdad está muy buena su reflexión,pues aunque me considero poco o nada materialista, también poseo algunas cositas que si las perdiera quizás pueda angustiarme.
Pero es bueno empezar a no aferrarnos a nada,(y me atrevo a pensar) , ni a nadie, sino,
saber vivir amando a toda la humanidad, compartiendo de lo que tenemos y creyendo en las palabras de Nuestro Señor de no preocuparnos por el mañana y que nos basta su
Gracia.
Por otra parte, quiero manifestarle que siento mucho la experiencia vivida con el robo, pues
sé que lo utilizaba en su ministerio. Pero también sé que el Señor le proveerá algo mejor,
porque así lo hizo conmigo. (Hace 2 años me robaron el equipo de música con el que doy
un servicio en mi Parroquia y con el cual dirijo Rosarios del Niño y a los 2 meses pude
adquirir uno mucho mejor por la Providencia de Dios a través de mis hermanos espirituales) ...Todo le permite para bien de ....
Claro que cuando nos roban es una bendicion. Yo vivi eso habia acumulado a lo largo de mi vida con mi trabajo muchas joyas y entraron los ladrones y se llevaron mi baul completo con todas mis joyas, esto me dolio mucho. Pero pasado el tiempo comprendi que podia vivir sin ellas y entonces supe que ya no tenia apego a nada material que eso no me hacia mejor persona. Saludos Padre Dios lo bendiga.