¿Silencio de sacristía?

Hoy vi en un Kiosco la tapa de una revista, de esas que son famosas entre los “bienpensantes” pero que por lo general el pueblo “sudoroso” no lee. Allí aparecía la foto de mi Arzobispo junto al título “el silencio”, bien grande, con letras rojas. Leí de ojito lo que decía en la tapa y después entre al sitio digital de la revista a leer lo que se publica allí como adelanto (para leer el resto hay que pagar por la edición impresa, cosa que ni pienso hacer). Me causó muchísima gracia lo que decía. Por algo muy sencillo: se enoja el autor cuando la Iglesia habla y cuando se calla. Si, leyó bien: por esas dos cosas. Por supuesto que para el autor cuando la Iglesia habla sobre determinados temas es para asumir actitudes despóticas sobre temas en los cuales está totalmente equivocada y desactualizada (medieval) y cuando calla es porque tiene intereses creados y con su silencio avala toda la corrupción de los políticos.

Pensé comentar en este espacio más sobre el tema, pero me pregunté: ¿vale la pena reflexionar cuando desde la otra parte no hay interés de profundizar sino solamente el de crear polémica e hilvanar un texto con frases hechas y citas de un “filósofo” local conocido por su anticristianismo y punteros políticos que están en la oposición? Luego me acordé de mis épocas de estudiante. Nietzche describía a Dios y después decía que no creía en Dios. Yo tampoco creía ¡en ese dios! porque Dios era algo totalmente distinto al de ese relato. De la misma manera, describen a la Iglesia y su relación con el poder de tal manera que uno no cree para nada en esa Iglesia. Por supuesto que creo en la Iglesia, porque es algo totalmente distinto de las pavadas que en este tipo de publicaciones “bienpensantes” se dicen. Desde el oficialismo y la oposición hay una necesidad imperiosa: la de una Iglesia funcional a sus tiempos políticos. ¡Gracias a Dios que por estas partes estamos muy lejos de eso!