Es el consejo de San Pablo. Y es el lema que Benedicto XVI invita a recordar y vivir a los jóvenes de todo el mundo en este Domingo de Ramos. Es la fecha de una nueva Jornada Mundial de la Juventud: la número 27.
El mensaje habla de la alegría del cristiano. Es una especie de continuación de aquél otro escrito en el cual el Papa Pablo VI meditaba sobre la alegría de Jesús. Ahora habla Benedicto sobre la irrenunciable alegría que los seguidores de Jesús debemos tener. De manera concreta, sencilla y directa, hace una reflexión sobre el origen y la presencia constante de la alegría en la vida del discípulo del Resucitado. La pueden leer completa desde aquí. Les comparto este trozo que está casi al final de la misma (traducido "al argentino"):
Queridos amigos, para concluir quisiera alentarlos a ser misioneros de la alegría. No se puede ser feliz si los demás no lo son. Por ello, hay que compartir la alegría. Vayan a contar a los demás jóvenes la alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús mismo. No podemos conservar para nosotros la alegría de la fe; para que ésta pueda permanecer en nosotros, tenemos que transmitirla. San Juan afirma: « Lo que hemos visto y oído, se lo anunciamos también a ustedes, para que vivan en comunión con nosotros… Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa» (1Jn 1,3-4).
A veces se presenta una imagen del Cristianismo como una propuesta de vida que oprime nuestra libertad, que va contra nuestro deseo de felicidad y alegría. Pero esto no corresponde a la verdad. Los cristianos son hombres y mujeres verdaderamente felices, porque saben que nunca están solos, sino que siempre están sostenidos por las manos de Dios. Sobre todo ustedes, jóvenes discípulos de Cristo, tienen la tarea de mostrar al mundo que la fe trae una felicidad y alegría verdadera, plena y duradera. Y si el modo de vivir de los cristianos parece a veces cansado y aburrido, entonces sean ustedes los primeros en dar testimonio del rostro alegre y feliz de la fe. El Evangelio es la «buena noticia» de que Dios nos ama y que cada uno de nosotros es importante para Él. Muestren al mundo que esto de verdad es así.
Por lo tanto, sean misioneros entusiasmados de la nueva evangelización. Lleven a los que sufren, a los que están buscando, la alegría que Jesús quiere regalar. Llévenla a sus familias, a sus escuelas y universidades, a sus lugares de trabajo y a sus grupos de amigos, allí donde viven. Verán que es contagiosa. Y recibirán el ciento por uno: la alegría de la salvación para ustedes mismos, la alegría de ver la Misericordia de Dios que obra en los corazones. En el día del personal encuentro definitivo con el Señor, Él podrá decirles: «¡Servidor bueno y fiel, entra a participar del gozo de tu señor!» (Mt 25,21).
La Semana Santa a cuyas puertas estamos es la fuente de la serena alegría del cristiano. Pidamos la gracia del Santo Espíritu que ese fruto, que es su don, invada toda nuestra existencia.
Padre Feliz Cumpleaños!! que disfrutes de éste día rodeado de tus afectos, un abrazo grande.
PADRE: TOMAR VINO NO ES PECADO!!! JAJA PECADO CREO QUE ES EMBORRACHARSE NO??? DIGO JEJE SINO ESTAMOS TODOS EN EL HORNO !! BENDICIONES!!!