Ecos de la fiesta patronal

De la Parroquia Virgen de la Medalla Milagrosa de Paraná. Se realizó el domingo 27. Esto es una aclaración porque los genios del Diario de Paraná el domingo sacaron una nota diciendo que la Procesión y la Misa se habían realizado el sábado. Una catarata de llamados telefónicos cayeron preguntando día y hora. A todos les dije, luego de informarlos, que llamaran al matutino local para recriminarles la noticia falsa. No sé si lo hicieron. Tampoco sé si se rectificaron porque no compro la edición impresa. Más allá de este dato de color, la fiesta fue muy linda.

Se preparó con la novena. Bajo el lema “Vida digna y plena para todos” rezamos por que crezca la cultura de la vida en la Argentina. Se hicieron tres actividades a la vez. A las 6.00 el rosario de la aurora en el Templo. A las 18.30 el rosario en distintos puntos de la parroquia, con la presencia de una imagen peregrina que se quedaba a dormir en esa casa cada día. A las 20.00 la Misa en el Templo (organizado por los Ministros Extraordinarios de la Comunión).

El 26, además de estas tres actividades, se rezaron las mil avemarías en el Templo(esto, junto al rosario de la aurora, organizado por dirigentes de la Infancia Misionera).

El 27, por la mañana (10.30) fue la Misa pidiendo por la Escuela y el Instituto parroquial. Las maestras agradecieron por los cincuenta años de actividades de la Escuela.

Por la tarde el cielo se nubló y amenazó lluvia. A las 19.30 comenzamos una larga y muy participada procesión por las calles del barrio. La animaron Norma y Rosana con el material que utilizamos para la novena. Yo manejaba mi autito con el sonido y las ayudaba en la animación. Pedro “acompañaba” con los cantos. Lo organizó el Grupo de Oración. Habían preparado banderitas para la gente y algunas pancartas con mensajes. Ellos se encargaban de cortar las calles y dar un poco de agua a los procesionantes que estuvieran acalorados. Previamente habían invitado a la gente por dónde pasaríamos a adornar sus casas. Yo estaba preocupado por hablar y manejar sin chocar a nadie, pero, aún así, pude ver más de diez casas que habían adornado sus frentes con imágenes de maría, globos y banderines: un signo muy bonito de devoción mariana. Cuando llegó la imagen al Templo fue recibida con las campanas al vuelo y bombas de estruendo. Estaba escoltada por una bandera argentina y otra papal, llevada por dos señoras, que continuaron flanqueándola durante toda la Eucaristía.

La Misa fue en un marco sagrado muy vivido. Al final se acercaron los que querían recibir la imposición de la Medalla de la Virgen. Les explique el contenido de la misma, cuyo eje es la cruz de Cristo que nos regala la Gracia del Espíritu Santo a través de la intercesión de María. Luego hicimos la ceremonia de bendición y entrega. Cada uno ponía la palma de su mano abierta, allí les depositaba la imagen y ellos la besaban y le decían a María que querían tenerla como madre. Luego todos los presentes renovamos la consagración.

Terminamos la jornada con una cena a la canasta que se prolongó hasta luego de la media noche en un clima festivo y fraterno muy lindo (organizada a por las catequistas).

Durante la Misa me acordé que al ingresar al Templo, luego de la procesión, se largaría atada a globos una imagen de la Medalla con un mensaje. En el fragor de la llegada me olvidé. En la cena me enteré que no se había podido hacer porque era muy pesada la figura en tergopol que habían realizado: un advertencia que el párroco había realizado previamente y que no había sido suficientemente tomada en serio. Así que sacamos el mensaje, lo adosamos a una de las estampitas de los adornos de mesa y lo largamos al finalizar la cena. Por supuesto que alzó vuelo inmediatamente, acompañado de los aplausos de los presente y de un estentóreo “¡Se los dije!” del párroco. Eso con la “humildad” que me caracteriza.

No saqué ninguna foto. Pero estuvieron filmando todo: si me entero que lo comparten online se los informo.