Hace quince años, siendo todavía seminarista, tenía que decidir las imágenes que tendrían mi estola (en ese momento diaconal, pero también me acompañó en la ceremonia presbiteral… y la sigo usando para cada acontecimiento importante).
Uno de los signos usados fue el pez, porque era la imagen que identificaba a los primeros cristianos. Era la concreción icónica de un anagrama, fruto de un juego de letras iniciales que proclamaban a Jesús como Hijo de Dios.
El otro signo era doble. Un círculo de cuyo centro salía una cruz que lo traspasaba. En esto veía la finitud de un mundo que no se puede explicar a sí mismo y el gesto supremo de amor, que rompía la inmanencia para llevar nuestros corazones a la trascendencia.
A ambos signos los encuadré con un octógono amarillo. El amarillo es signo de la gloria de Dios. El octógono hace referencia al “octavo día”, el de la Resurrección, el del triunfo de la Vida, el de la nueva creación, el que le da sentido a toda nuestra existencia.
Hoy es 8 del mes 8 al año 8. El triple 8, la perfección. No es que sea un día especial, solamente me hizo recordar los iconos que me acompañaron en la recepción del Orden Sagrado.
Querido Padre, al ver su estola, esa maravilla tan mágica y santa, me emicionó mucho, hasta las lágrimas, que lindo que es!!!!! mi Dios!!!!!. quería comentarle que hoy comienzo catequesis para mi fonfirmación y estoy super contento que ni se imagina. Padre Fabian, dios me enseñó a quererlo mucho y no puedo dejar de saber sobre usted, quiero hacerle llegar mis felicitaciones (algo tarde) por el Día del párroco, que Dios y la Virgen lo iluminen. Amén.