Confiar en Dios y su Palabra. Confiamos en nosotros mismos, en los criterios del mundo y apartamos al Dios Vivo. La purificación del corazón es cambiar la mirada, poner en el centro a Dios. “¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!”
Jeremías (17,5-10)
Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!
El es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita.
¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!
El es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.
Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo: ¿quién puede penetrarlo?
Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus acciones.
Una reflexión del Evangelio del día de hoy: Confiar en Dios y su Palabra
Si quieres recibir directamente el video sobre el Evangelio del día en tu Whatsapp cada día, hacé click en este enlace: https://goo.gl/Qf2usv ¡ES GRATIS!!!
Es muy importante que, una vez que recibas nuestro mensaje de bienvenida, nos añadas a los contactos en tu celular (smartphone). Con este sencillo primer paso vas a poder recibir contenido.