13 de mayo, Virgen de Fátima

El gozo de estar en tierra sagrada es lo que pude experimentar al visitar el Santuario de Fátima. Llegamos un día gris y con lloviznas, tal como había quedado en mi imaginación producto de la película que vi siendo chico (supongo).

Visitar esta tierra fue un regalo de la Providencia. Llegamos un día lunes, cuando el otoño le va ganando al calorcito dando paso al invierno. Me contaba un sacerdote argentino, que estaba ayudando en el Santuario, que la afluencia de fieles el día anterior había sido grandiosa. Pero que era la última fecha de grandes concentraciones porque por el frío ya no habría tantos peregrinos. Así que pudimos disfrutar casi para nosotros el Santuario.

Una de las cosas que realizamos fue dejar a los pies de María las muchas intenciones que traíamos.

Y luego rezar... recorrer el lugar... descubrir las formas de la religiosidad popular tan parecidas y tan distintas a las nuestras...

Y rezar.

Al final del día... una sorpresa inesperada. Fui a concelebrar la Misa en español... y terminé presidiéndola. En verdad la Virgen tendió su mano sobre mí. Sobre nosotros, porque lectura y salmo fueron proclamadas por Carlos y Juan... ante la mirada de asombro de sus esposas que los había retado por cambiar se lugar para participar mejor. No tengo la foto del momento de la Misa. Pero aquí estoy a los pies de la Virgen:

Hoy 13 de mayo vuelvo a cantar esa canción que aprendiera de niño... ¿la recuerdan?

Sobre las apariciones de la Virgen, ya hemos hablado sobre que es importante seguir los criterios de la Iglesia para aprender a discernir. Es que la mayoría no son reales. Por eso lo pueden volver a leer haciendo click aquí. También puieden volver a leer lo que subí sobre el tercer secreto de Fátima haciendo click aquí.

Y... recen un Avemaría por mí.