Hace un tiempo hablamos del docente como artesano de la cultura. Hoy, rezando la Liturgia de las Horas, este himno de Laudes me reflejó lo que es la actividad docente en sí. Pienso en todos los católicos que son maestros o profesores. Si bien ejercen una profesión, nunca deben olvidar que la educación, antes que nada y sobre todo, es una vocación. Y cuando hablamos de vocación hablamos de un llamado de Dios para construir el mundo teniendo como horizonte el Reino de Dios. Por eso, anticipando el día del maestro, les comparto este texto:
Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la Buena Nueva,
para sanar las almas.
Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño.
Amén
Me parece que cada una de sus frases refleja lo que es un docente de verdad, un docente católico.
Está dedicado a los maestros y maestras, profesores y profesoras que ejercen. Y a los jubilados también, porque de la docencia uno nunca se retira si en verdad la ha vivido como vocación. En mi parroquia hay una docente de 83 (ochenta y tres) años que todavía sigue preparando alumnos en forma particular... uno de los tantos casos de docentes de alma que existen.
Gracias Padre Fabian por sus reflexiones, tan acertadas, tan justas, enriquecedoras.
Gracias Padrecito, hermoso...pero no facil, yo no se si cumplí bien mi misión de maestra , pero lo intenté. Dios sabrá juzgarme.
Pero tengo muchísimos alumnos que no se olvidan de mi , y eso es el mejor pago que recibo. Bendiciones y Feliz día para todos los maestros
Dios lo bendiga, Padre querido. Gracias por compartir tan hermoso y profundo texto. Me reconozco el más imperfecto de los instrumentos de Dios, y no obstante, ruego que, como la maestra que menciona, la pasión por enseñar me siga acompañando el resto de mis días.
A todos los maestros y profesores, que Jesús, el verdadero Maestro, sea modelo y fortaleza.
Que bueno está ese poema. En el 2010 sólo me vi como maestra de escuela, pero por gracia de Dios lo sigo siendo específicamente para que almas buenas y de las otras se encuentren con Dios, pero ahora no soy maestra, creo que soy discípula y misionera , con muchas faltas pero con la ayuda de Dios se puede. Gracias Bendiciones
Gracias Padre. Cada año se hacen nuevas esas palabras. Es verdad nunca se deja de ser maestro. Y aunque vos no te des cuenta cuenta los demás te lo recuerdan jaja....
Estimado P. Fabián, hoy jueves 9 de julio de 2015 me detuve especialmente en este himno mientras rezaba la liturgia de las horas. Yo soy de México, y curiosamente, cuando busqué este himno en Internet, me encontré con su blog. Debe saber, que soy maestro universitario desde hace 5 años, y me sorprendo cómo el Espíritu Santo le ha inspirado palabras que trascienden a sus conocidos.
Dios le bendiga.
José Huitrón Hobart