Por María José López Ortíz
Un proyecto se hace carne,
cuatro sueños realidad,
un auto lleno de cosas.
Comenzamos a viajar.
Paraná-Jujuy de un tiro,
llegar pronto, lo mejor.
Será una gran travesía
de aventura y de color.
La Quebrada de Humahuaca
alegra el segundo día.
Unos trámites demoran
la salida de Argentina.
Atardece en Villazón,
lluvia y noche se combinan,
el asfalto no aparece,
denso trecho se avecina.
El cansancio y la prudencia
nos detienen en la ruta.
Carpa, mantas y linternas:
ya está armada nuestra gruta.
Primer prueba superada,
Potosí ya nos espera,
pueblo antiguo y pintoresco
de angostísimas veredas
Edificios coloniales
de abundante colorido.
Paisajes, ferias y templos
con sus altares floridos
Bella ruta de montaña
nos lleva a la capital
Pero una goma pinchada
nos obliga a demorar.
Buscamos la llantería,
no nos quieren atender;
la tercera es la vencida
y avanzamos de una vez.
Son las once de la noche,
llegamos a La Paz;
No hay parqueo para el coche
y llueve sin parar.
Aunque se hacen esperar
las soluciones se acercan.
La Providencia Divina
nos va siguiendo de cerca.
A la mañana siguiente
nos alejamos del caos;
Rumbo a Copacabana
cruzamos en balsa el lago.
Plateado y azul intenso,
del mundo el lago más alto,
navegando el Titicaca
a la Isla del Sol llegamos.
Tierra mágica y extraña
de arena, piedras y mitos;
templo inca con sus dioses,
resonando antiguos ritos.
Continúa la travesía:
frontera, aduana, papeles.
Rumbo a Puno, con cariños
todo marcha sobre rieles.
Puno-Cusco, bella ruta,
De no ser por la Juliaca
que con malicia oportuna
algunos soles nos saca.
Finalmente, el lunes doce
pisamos suelo cusqueño,
la capital del imperio.
Ya está cerca nuestro sueño.
City tour por los museos,
Ruinas y Valle Sagrado.
El tren desde Ollantaytambo
Nos lleva al Machu esperado.
El sol inaugura el día
húmedo y prometedor.
Las ruinas del Machu Pichu
se elevan con esplendor.
Con ánimo y energía
andamos la ciudadela,
puente Inca, fotos, risas
sin saber qué nos espera.
Paro agrario en el Perú
corta las rutas y vías,
Aguas Calientes ya hierve:
no hubo tren en todo el día.
Atestada de turistas
la estación ferrocarril
aguarda el tren expectante,
ya no hay sitio donde ir.
Viajamos como ganado
porque queremos llegar.
Otra opción era quedarse
y con paciencia esperar.
Madrugada, bus a Cusco,
peripecias a dos manos,
pero ya nadie nos quita
la belleza que apreciamos.
Del Perú nos alejamos,
rumbo a Chile y Argentina.
Y la región de Arequipa
nos recibe con “neblina”
La frontera Perú-Chile
es muy limpia y ordenada,
pero estamos una hora,
sin control no quedó nada
Conocemos el Pacífico
en Arica, la ciudad
de la eterna primavera,
que nos muestra su bondad.
El desierto de Atacama
es desierto de verdad
y con poco combustible
lo venimos a cruzar.
Otra vez la Providencia
a María Elena nos llevó
pudiendo llenar el tanque
que hasta San Pedro alcanzó.
Con paisajes increíbles,
Paso Jama nos aguarda:
viento, nieve, cielo y nubes,
aves y espejos de agua.
Al ver la celeste y blanca
late nuestro corazón,
¿será un signo de alegría
o la puna entró en acción?
Regresamos a Argentina:
Nostalgia y tranquilidad
por todo lo que dejamos
y volvemos a encontrar.
Mate, asado, chacareras,
Queso fresco, suave pan,
Todo huele como en casa,
Hoy volvemos y otros van.
Con su cerro de arco iris
Purmamarca es una fiesta,
En medio de tal belleza
es Dios quien se manifiesta.
La Quebrada nuevamente
nos regala su color,
regresando rumbo a Salta
todo tiene otro sabor.
La Señora del Milagro
sonríe en la Catedral,
nos recibe junto a Su Hijo
y nos permite cantar.
Por los Valles Calchaquíes
continuamos el camino,
donde el viento ha modelado
un pensamiento divino.
Cafayate y sus bodegas
nos acogen con granizo,
poco usual, dijo la gente,
pero Dios así lo quiso.
Luego será Tucumán
con su histórica casita,
y las Ruinas de los Quilmes
que a subir cuestas invita.
Río Hondo con sus termas
es anfitrión del calor.
Siesta de queso y salame,
tereré, dama y chinchón.
En Santiago del Estero
será una noche estrellada.
Parrillada para cuatro,
un helado y a la cama.
Veinte días de aventuras
Quedarán en la memoria.
Mil paisajes con su gente,
su cultura y sus historias.
El proyecto se hizo carne,
nuestro sueño realidad,
el auto volvió tan lleno,
nuestro corazón aún más.
Todo muy lindo,el viaje se ve que lo pasaron bien, me gusto el nuevo formato de tu pagina Padre, pero lo mejor, fue la foto de ese puchero que se puede ver arriba.Dichosos los que lo pudieron difrutar.
Muy bueno, no sabia que habian ido a Arica, es Chile verdad? me dijeron que es hermoso una ciudad en un valle, ahi tenemos una amiga.
Me encanta la forma poetica de relatar lo vivido. Pero eso sí, no me quiero imaginar el cansancio físico que habrán tenido, jaja.... bendiciones
Brillante,
sin palabras....