Hoy por la mañana fui a renovar el carnet de conducir. Es la última visa por un año que me queda antes de la renovación total. Aproveché que estaba lloviendo, con la esperanza de que hubiera poca gente. Y mi esperanza no fue defraudada: al entrar comprobé que no era poca sino poquísima la presencia de "humanos renovantes" del plástico que nos permite conducir un auto.
Me acerqué a retirar el número para hacer la cola del trámite. Tres personas delante mío. Delante del primero... un escritorio vacío. ¡Sonámos! (pense)... A los dos minutos una señora se acerca y, en tono muy amable, nos dice que la lluvia ha mojado los equipos de computación (sic)... que por eso no se puede hacer el trámite en el curso de la mañana... que en el turno de la tarde atenderán... si para la lluvia.
Resultado: me fui a realizar otras diligencias aprovechando que estaba en el centro de la ciudad.
Luego del mediodía paró la lluvia. A las 14.00 estaba entrando en la oficina con la esperanza de que hubieran solucionado el desperfecto informático. Me dieron el número 87 y me senté a esperar. Iban ya por el 83. Me llamaron, entregué los papeles y la copia del documento. Me mandaron a pagar los $18 de la visación, en el mismo edificio. Luego a sacarme la foto y la firma digital. Mientras estaba allí suena mi nombre: no había entregado la fotocopia del cambio de domicilio en el Documento de Identidad. Salí del edificio, rumbo a una fotocopiadora que esta a cuatro metros de la puerta principal. Volví. Terminé de entregar todos los papeles. Me senté a esperar. Me llamaron. Firmé un cuaderno y me dieron el nuevo carnet. Cuando salía miré la hora: 14.45 Quedé gratamente sorprendido por la rapidez. La última vez los trámites de renovación me llevaron más de dos horas y debía retirar el documento luego de transcurridos cinco días del trámite. Debo felicitar sinceramente a la actual gestión de gobierno.
Pero... no todo son rosas. También hay espinas. La foto que acompaña esta entrada es de un bache que hay a 10 metros de la puerta de mi casa. La tomé ayer por la tarde, en medio de la lluvia: por eso está lleno de agua. Cuando regresé este 1 de marzo el Señor Bache ya estaba cómodamente instalado en dicho lugar, con su boca abierta (pareciendo esbozar una profunda carcajada a todos los conductores que lo esquivan). Seguramente data de comienzos del verano. Como yo no estaba, no puedo afirmarlo con precisión. Así que para mí tiene 19 días. ¿Cuánto tardarán en arreglarlo? Si me atengo a la rapidez de la resolución de mi trámite del día, la esperanza me dice que será antes de fin de mes. Pero si me atengo al estado de calles de la ciudad en general, siendo optimista pongo un periódo de 60 días (fines de abril). De ahí en más, ya sería caer en un pesimismo total. Seguiremos la evolución del proceso.