Ya estamos a las puertas de la fiesta del Espíritu Santo que fecunda a la primera comunidad transformándola en Iglesia Católica, es decir, abierta a todos, universal. Fiesta que nos invita a poner la mirada en la tercera persona de la Santísima Trinidad, en su acción en nuestro corazón y en el corazón mismo de nuestras comunidades. El Papa Francisco nos invita a descubrir esta presencia de la Ruah Santa. Estos son trozos de su catequesis:
Vivimos en una época en la que se es bastante escéptico respecto a la verdad. Benedicto XVI ha hablado muchas veces del relativismo, es decir, la tendencia a creer que no hay nada definitivo y a pensar que la verdad proceda del consenso o de aquello que satisfaga nuestros deseos. Aquí me viene en mente la pregunta de Pilatos cuando Jesús le revela el sentido profundo de su misión: "¿Qué es la verdad?". Pilatos no entiende que "la" Verdad está enfrente de él; no puede ver a Jesús el rostro de la verdad, que es el rostro de Dios,...La verdad no se aferra como una cosa: se encuentra. No es una posesión, es un encuentro con una Persona.
Pero, ¿quién nos hace reconocer que Jesús es "la" Palabra de verdad, el Hijo unigénito de Dios Padre? San Pablo enseña que "nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo" ...a quien Jesús llamaba el "Paráclito" que significa "el que viene en nuestra ayuda", el que está a nuestro lado para sostenernos en este camino de conocimiento.
¿Cuál es entonces la acción del Espíritu Santo? En primer lugar recuerda y graba en los corazones de los creyentes las palabras que Jesús ha dicho y precisamente, a través de estas palabras, la ley de Dios.... se inscribe en nuestros corazones y se convierte en el principio de evaluación de nuestras decisiones y de guía en las acciones cotidianas; se convierte en un principio de vida.
El Espíritu Santo, como promete Jesús, “nos conduce "a toda la verdad"; nos lleva no sólo al encuentro con Jesús, que es la plenitud de la verdad, sino que nos guía "dentro" de la Verdad; es decir, nos hace entrar en una comunión cada vez más profunda con Jesús, dándonos la inteligencia de las cosas de Dios ... La Tradición de la Iglesia afirma que el Espíritu de la verdad actúa en nuestros corazones suscitando ese “sentido de la fe" (sensus fidei), a través del cual, como dice el Concilio Vaticano II, el Pueblo de Dios, bajo la guía del Magisterio, se adhiere indefectiblemente a la fe confiada, penetra más profundamente en ella con juicio certero y le da más plena aplicación en la vida.
Preguntémonos: ¿estoy abierto a la acción del Espíritu Santo, le rezo para que me dé luz y me haga más sensible a las cosas de Dios? Es una oración que tenemos que rezar todos los días: “Espíritu Santo, haz que mi corazón esté abierto a la Palabra de Dios, que mi corazón esté abierto al bien, a la belleza de Dios todos los días”. Quiero preguntarles algo: ¿Cuántos de ustedes rezan todos los días al Espíritu Santo? Serán pocos... pero tenemos que cumplir este deseo de Jesús y rezar todos los días al Espíritu Santo para que abra nuestro corazón”.
Tenemos que dejarnos inundar de la luz del Espíritu Santo, para que Él nos introduzca en la verdad de Dios, que es el único Señor de nuestra vida En este Año de la Fe preguntémonos si hemos dado algunos pasos concretos para llegar a conocer más a Cristo y las verdades de la fe... Pero al mismo tiempo preguntémonos qué pasos estamos dando para que la fe oriente toda nuestra existencia. ¡No se es cristiano "a tiempo determinado", en algunos momentos, en algunas circunstancias, en algunas opciones, ¡se es cristiano en todos los tiempos! La verdad de Cristo, que el Espíritu Santo nos enseña y nos da, interesa para siempre y totalmente nuestra vida diaria. Invoquémosle más a menudo.
Les hago una propuesta: Invoquemos todos los días al Espíritu Santo de modo que nos acerque a Jesucristo.
Durante la vida de este blog he reflexionado varias veces sobre la acción del Espíritu Santo en las personas y en la Iglesia. Las quiero dejar aquí resumidas para que las tengamos presentes cada vez que preparemos la celebración de Pentecostés:
La constatación de un acontecimiento: "Pentecostés es la fiesta de la Iglesia"
Que tiene una característica concreta: es "un acontecimiento espiritual"
Y que tiene una función en el "nosotros": "el Espíritu Santo es el alma de la Iglesia"
Una invocación: "Ven Espíritu Santo, habítame"
Para que el Don del Padre y del Hijo venga de siete maneras: "los dones del Espíritu Santo"
Cuando viene no lo hace con las manos vacías: "el Espíritu Santo regala carismas a todos los miembros del Pueblo de Dios"
Que de parte de la Iglesia se deben analizar: "el discernimiento de los carismas"
Para terminar, una de mis experiencias personales de Pentecostés: "corazón de águila".
Claro que la serie no termina aquí. Prometo actualizarla todos los años para estas fechas.
Buenísimo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!