Una advertencia clara para no sentirnos "dueños de la Iglesia". Y viene de una improvisación que realizara Benedicto XVI frente a seminaristas en su reciente viaje a Alemania. Allí, en tono coloquial, entre otras cosas, dijo estas palabras (las negrillas son mías):
"Estar personalmente con Cristo, con el Dios vivo, es una cosa; la otra es que siempre, sólo en el “nosotros” podemos creer.
A veces digo: san Pablo escribió: “la fe viene de la escucha” – no del leer. Necesita también de la lectura, pero viene de la escucha, es decir, de la palabra viviente, de las palabras que los demás me dirigen y que puedo escuchar; de las palabras de la Iglesia a través de todos los tiempos, de la palabra actual que ésta me dirige mediante los sacerdotes, los obispos y los hermanos y hermanas. Forma parte de la fe el “tú” del prójimo, y forma parte de la fe el “nosotros”.
Es precisamente este ejercitarse en soportarse mutuamente es algo muy importante; aprender a acoger al otro como otro en su diferencia, y aprender que él tiene que soportarme a mí en mi diferencia, para llegar a ser un “nosotros”, para que un día también en la parroquia podamos formar una comunidad, llamar a las personas a entrar en la comunidad de la Palabra y estar juntos en camino hacia el Dios viviente.
Forma parte de ello el “nosotros” concreto, como lo es seminario, como lo será la parroquia, pero también el mirar más allá del “nosotros” concreto y limitado al gran “nosotros” de la Iglesia en todo lugar y en todo tiempo, para no hacer de nosotros mismos el criterio absoluto.
Cuando decimos: “Nosotros somos Iglesia” – sí, es verdad: somos nosotros, no cualquier persona. Pero el “nosotros” es más amplio que el grupo que lo está diciendo. El “nosotros” es la entera comunidad de los fieles, sí, allí existe, por así decirlo, el juicio de la mayoría de hecho, pero nunca puede haber una mayoría contra los Apóstoles y contra los Santos: esto sería una falsa mayoría. Nosotros somos Iglesia: ¡seámoslo! Seámoslo precisamente en el abrirnos y en el ir más allá de nosotros mismos y en serlo junto con los demás."
Dicen los entendidos que es una especie de respuesta/meditación sobre el accionar de un grupo de Alemania y Austria (entre otros países) que postulan ciertas "reivindicaciones" en el seno de la Iglesia. Más allá de eso, creo que es la invitación para cada uno de nosotros a no sentirnos dueños de la Iglesia sino simple servidores de la misma.