El mundo paralizado por un mito supersticioso. Se juntan este día dos cuestiones que son consideradas de mal agüero.
Por una parte, el día de la semana, explicado tan bien por el dicho popular: "en martes, no te cases ni te embarques". Un refrán que ya tiene varios milenos de existencia y que se transmite de generación en generación con la simple fuerza de su enunciado. ¿Porqué el martes trae mala suerte? Nadie lo sabe con certeza... pero por las dudas... mejor lo dejamos para otro día... ¿no?
El 13 si tiene una connotación cristiana... si se puede hablar de esa manera. Fue esa la cantidad de comensales de la Última Cena: Jesús más los 12 apóstoles. Y cómo ese día las cosas "terminaron mal" para los que estaban allí... mejor evitar todo lo que tenga que ver con el número 13... ¿no?
Las prácticas supersticiosas
Ya dijimos varias veces que hay que evitarlas dentro de nuestras vidas, aún las que pueden llegar a ser consideradas aparentemente como relacionadas con la fe (por ejemplo lo de la receta del pan de San Cayetano). El Catecismo nos advierte que es una falta contra el primer mandamiento:
"La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22)." (CIC 2111)
La presencia del maligno ronda alrededor nuestro... y entra cuando le dejamos la puerta abierta. Estas prácticas supersticiosas conviene evitarlas para que el malo no las aproveche.