Si el hombre es complejo y Dios es simplemente complejo, entonces nuestra relación con Él no es para nada simple. Hay un tema que ha hecho derramar mares de tintas y tornados de palabras. Es la conexión que hay entre la gracia de Dios y la libertad del hombre.
Dios todo lo puede con su Palabra: “todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de lo que existe.” (Jn 1,3). Es la experiencia del salmista: “Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente; me rodeas por detrás y por delante y tienes puesta tu mano sobre mí… Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; mis días estaban escritos y señalados antes que uno solo de ellos existiera.” (Sal 139, 1-5.16)
Pero nosotros tenemos la experiencia de la libertad. Es más, “para la libertad nos ha liberado Cristo” (Gal 5,1). Una libertad que es compleja porque no es absoluta sino que está relacionada con nuestras circunstancias que nos condicionan (aunque no nos determinan). Una libertad que hace que podamos elegir también el mal: “procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales” (Gal. 5,13).
Tenemos así dos extremos: la libertad humana y la gracia (el poder de Dios). Ambas existen y están íntimamente unidas. Diría el Kempis, unidas por una cadena cuya parte intermedia se pierde en la neblina: podemos ver las dos puntas y sabemos que están unidas, pero no sabemos exactamente como es esa soldadura que las une. Por eso debemos aferrarnos a esas puntas para no perderlas, porque ambas son importantes.
Frente a esto, la complejidad de la criatura humana debe saber abandonarse en la simplicidad compleja de la Divinidad creadora y consumadora de la realidad. Este abandono no es un bajar los brazos para que Él haga todo. Por el contrario, es obrar sabiendo que él obra en nosotros. Muy lindo lo del profeta Isaías al respecto: “Señor, tu nos aseguras la paz, porque eres tú el que realiza por nosotros todo lo que nosotros hacemos” (26,12). Mi libertad que obra el bien en su Gracia se potencia.
No hay AMOR sin libertad.
Es "condictio sine qua non" para ser AMOR.
Siendo DIOS AMOR, nos da la libertad de amarlo o no.
Si lo hacemos vivimos la mas maravillosa aventura del universo, cubiertos e inmersos en el Amor y con yapa,esto es "eternamente".
Esta visión de la vida parece infantil y hasta ingenua, pero siendo la VERDAD, quien no la elige, pierde la oportunidad de ser feliz eternamente.
Desde el ahora y para siempre, quien AMA es y vive infinitamente feliz, aún en las pérdidas y los grandes dolores.
Porque el AMOR crea un estado en el alma, donde la paz y la esperanza reinan en medio de todas las tempestades.
Solo debemos amar con todo nuestro ser, con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y nuestra mente.
Mientras mas amamos, mas se devela el misterio de Dios en nuestras almas.
Estas palabras no son un repertorio bonito de frases elegidas, son mi testimonio de vida.
Creo que, al fin y al cabo, es como en el comienzo... Perfecta armonía entre Dios y su creatura. El pecado rompe este equilibrio. Pero no cualquier pecado, sino el 1ro y del que se derivan el resto: querer ser como dioses.
Si tan sólo dejáramos ser a Dios, Dios. Si no nos preocupáramos tanto por querer hacer 'Su Trabajo', y nos ocupáramos de aquello para lo que fuimos creados: amarlo con todo nuestro ser. Pero no podemos hacer esto último que es nuestra vocación, menos podemos hacer lo primero que mencioné. Se imagina padre, en el caos en el que vivimos?? Y lo más cómico es que tratamos de justificar nuestras pavadas con argumentos 'razonables'...
Muy interesante su planteo, saludos!!
Mi experiencia es esta, nunca podré amar a Dios sino entendí que DIOS ME AMA A MI PERSONALMENTE DESDE TODA LA ETERNIDAD, y nunca podré AMARLO SOBRE TODAS LAS COSAS Y SER PLENAMENTE LIBRE si no dejé toda esclavitud pequeña o grande, porque a veces hasta lo que creemos que hacemos bien es una esclavitud que le quita lugar a Dios en nuestra vida, como por ejemplo sobreprotejer a un hijo.
Si me dejo amar por Dios como un Padre amorososo que quiere todo lo bueno para mi y correspondo a ese amor con amor maduro, no con lindas palabras o mojigaterías, sino haciendo el bien al prójimo, llevando una vida engarzada con la persona de Jesús, seré libre. ¿qué es SER LIBRE? hacer lo que quiero...NO.NO !! ser libre .. es HACER LO QUE QUIERE DIOS , porque lo que quiere Dios es lo que quiero yo.
Parece un trabalenguas pero es simplemente un AMEN !!!!
si realmente pensaramos y nos hicieramos cargo de todos aquellos pecados que cometemos voluntariamente o involuntariamente, nos dariamos cuenta de que lejos esta nuestro amor, con respecto al amor que el nos tiene.Crecer en ese amor es un trabajo de todos los dias, es el poder querer parecernos mas a EL.Pero que sucede con nosotros simplemente que en nuestra espiritualidad todavia somos del mundo, y nos vemos atacados a cada instante por situaciones que muchas veces escapan al poder resolverlas desde nuestra humanidad pobre y concreta. Lo mejor es hacer el 101% en todo lo que este a nuestro alcance y aquello que no podamos entregarselo a EL y descansar en su infinita Misericordia,porque su AMOR puede soportarnos. Ojala en nosotros crezca el dicernimiento para dejar de ofenderlo,solo asi podremos hacercarnos a su inmenso AMOR
Recurrente inquietud en mi vida también, esta complejidad... y viene a mi mente la estrofa de una canción del padre Eduardo Meana, "Declaración de domicilio", la cual les comparto ahora:
"Vivo en el lado espeso de la vida.
Sangro la sangre de los doloridos.
No adoro ideas claras y distintas:
Dramático y más turbio es nuestro río.
¡Cruz de autenticidad esperando el alba...!
Y, oscuramente... Dios... eje de mi alma.
Vivo en el lado complejamente humano de la vida.
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida."
hola a todos: Importante hacer notar que El Cordero murió en nuestro lugar, pero en ningún sentido obedeció en nuestro lugar pues eso contradice el libre albedrío, pues la salvación NO es colectiva, es personal.
saludos para todos