Padre, “Fulano” acaba de morir y me mandaron a preguntar si puede ir a darle una bendición. ¿A qué hora fue el deceso? Le pregunto para saber qué es exactamente lo que tengo que hacer. Fue a las 4.00, me responde. Como son las 8.40 voy a mi auto a buscar los elementos que tengo allí guardados para hacer los responsos. La señora me acompaña porque era a dos cuadras de la parroquia.
De camino le pregunto cómo fue. Entonces me dijo que a esa hora les dio ganas de ir al baño y, para no molestar a su esposa, llamó a su hijo que vive en el fondo. El hijo lo ayudó y falleció mientras estaban en el baño. Le pregunté si ella era familiar y me dijo que era una vecina que les llevaba la vianda todos los días, como hacía con otros clientes en el barrio. Pero que hacía tanto tiempo que lo hacía que se había encariñado mucho con ellos.
Entré a la casa… todos desconocidos. Comienza en ese momento lo que es de rutina para el cura: detectar familiares más cercanos con el riesgo de equivocarse u olvidar a alguno. Ya sabía que tenía una esposa y un hijo varón. Saludos de rigor… de esos que uno no sabe que decir a los primeros que ve: decir “buenas”… es medio desubicado ¿no? Otra señora me dice que pase por un pasillo y me lleva a la habitación.
Al entrar veo un hombre. Supongo que es el hijo y lo saludo dándole el pésame. Miro alrededor de la cama y veo dos mujeres que están allí… pero no tiene la edad de lo que suponía debía ser la esposa. El finado, con un blanco cadavérico, acostado en la cama. Pregunto si puedo comenzar a rezar y me dicen que sí. Entonces una de las mujeres dice: “Mami, el Padre va a rezar”. Miro bien y distingo a la esposa acostada junto a su marido muerto, acurrucada junto a él y acariciándolo suavemente. No me había dado cuenta de que estaba allí en mi primera rápida mirada porque estaba tapada con un poncho que cubría también el cuerpo de él. Me acerco y le pregunto si quiere que recemos y me dice “Sí, Padre”. Durante todo el responso hace dos cosas: rezar con nosotros y acariciarlo.
Todo esto en un clima de serenidad: mucho cariño y mucha tristeza en el ambiente. Puede parecer tétrico esto que cuento… pero detrás del gesto de la esposa está la despedida al amado. Sabe que son sus últimas caricias en ese lecho de la comunión intima de amor y vida. Cuanta ternura se veía detrás de ese arrumaco de tórtolos.
Me despedí y quedé de ir al cementerio a las 17.00 para la sepultura.
Ah… un dato que me dijo la cocinera en el trayecto hacia la casa: llevaban 60 años de casados. ¿Quién dijo que hoy un amor que dure para toda la vida es imposible? Si encuentran al que dijo que las cosas en el mundo de hoy las cosas son desechables… y los matrimonios también… entonces cuéntenle esto que me pasó hoy: la ternura de una despedida por la amante al amado que, dicho sea de paso, su nombre es Amando… todo un signo, ¿no?
(Aclaración, la foto no es del difunto. Es de dos “viejitos” amigos con los cuales compartí casi un mes de viaje evangelizando. Discutían a cada rato y parecía que ardía Troya… y al rato paseando tomados de la mano como dos tortolitos. Son lectores del blog y ella es mi acompañante espiritual… así que seguro que me retan por esto que puse como comentario de la foto… pero también ellos a sus, casi, cincuenta años de casados son ejemplo del que les conté antes.)
Es emocionante el artículo, lo voy a compartir. Yo también creo q el amor es así, el amor para toda la vida no está entre personas sin defectos, sino entre personas q curan sus defectos con amor
Padre, creo que te van a retar porque les dijiste "viejitos".
Marcelo, un porteño que sigue tus escritos.
Ya me retaron... :-D
Pero no pueden decir mucho... ¡son bisabuelos!!!
Bueno ser bisabuelo NO SIGNIFICA SER VIEJO. hay abuelas de 30 años y por supuesto a los 50 ya pueden ser bisabuelas........................Hoy en día estamos para grandes sorpresas.
Pero no me enojo, estoy orgullosa de los años que tengo y todo lo que puedo hacer...........cuando llegue a los 70 no se, pero todavía hay un largo trecho.
Y estoy orgullosa de mis 15 nietos y un bisnieto simpatiquísimo .
Sí emocionante el artículo. Siento húmedos mis ojos y apretada mi garganta. Estuve casada 42 años y hace 4 enviudé. Cada vez lo extraño más y eso que hubo diferencias y discusiones. Padre con respeto le pregunto que hace una acompañante espiritual, que bello no? y eso que es una laica. Seguramente el Señor la acompaña. Su gustosa lectora.
En realidad el NONO (como le deciamos) era tatarabuelo, yo estoy casada con el mayor de sus nietos que a demas era sua hijado de bautismo, confirmacion y casamiento, y tenian un vinculo muy fuerte. Estuvimos en esa habitacion compartiendo el responso con el padre Fabian y por este medio quiero agradecer la forma emocionate como lo describio y decirles que el amor de ellos no solo fue para toda la vida sino que hoy en dia la nona tiene una foto de el en la mesa del comedor y cada vez que lo mira le da un beso y dice que cuando legue su momento el la va a estar esperando , o sea que su amor es eterno. Gracias padre en nombre todo aquellos que vivimos ese momnto tan intimo y emotivo.