Los días se van desgranando de a uno... las horas lentamente transcurren hacia una fecha que cambia el aspecto de la ciudad y de nuestros vivires cotidianos. Este 21 de marzo comienza el otoño. Un tiempo de melancolía que, entre otras cosas, nos roba la siesta entrerriana.
Su llegada deja la actividad bucólica y descansada del verano, vacía las playas y abre los armarios en busca de los primeros abrigos. Entre nosotros es anticipado por las clases que pueblan de niños y jóvenes las aulas... y de actividades "normales" a los padres y adultos (que nunca dejaron esas actividades porque las vacaciones... si las hay... son muy cortitas).
Pastoralmente terminamos de organizar la parroquia y nos zambullimos, cuaresma mediante, en la celebración de la Pascua. El otoño, para nuestras comunidades católicas, es muy distinto a lo que la naturaleza comienza a plantear. Para nosotros es la vida que renace en la Pascua, las actividades evangelizadores que comparten y hacen crecer la fe. El otoño nos trae la melancolía del cielo, de la eternidad, de la plenitud de aquello que ya estamos disfrutando como muestra gratis, como anticipo.
Y a vos... ¿qué te sugiere el otoño?
Considero al otoño,un tiempo de reflexió, y además la naturaleza va preparando de a poco el resurgimiento de la primavera.
Me encanta el otoño! esa melancolía, esas hojas que caen y mueren me hacen pensar en el otoño de mi vida..que ya llega y al que no temo porque Dios está conmigo.