Uno tiene la idea de que los profetas son gente vieja… que les habló a la gente de su tiempo como para corregirlos de sus malas acciones. Les recordaban que si querían ser parte verdaderamente del Pueblo de Dios tenían que cumplir con la Alianza divina… con los 10 mandamientos.

Icono-Profeta-Amos

Si nos ponemos a pensar que vivió unos 750 años antes del nacimiento de Cristo… sacamos la cuenta que hoy tendría unos 2.770 años… ¡un verdadero vejestorio!!! :-D  Si… no hay duda… un profeta de esa edad no tiene nada que decirnos a nosotros que somos gente del tercer milenio… ¿no?

Las palabras de Amós a los empresarios

Pues bien… te paso un trocito de la lectura de la Misa de hoy. Le habla a quienes hoy le diríamos empresarios o comerciantes. Los describía perfectamente:

“Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al indigente para hacer desaparecer a los pobres del país. Ustedes dicen: ‘¿Cuándo pasará el novilunio para que podamos vender el grano, y el sábado, para dar salida al trigo? Disminuiremos la medida, aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para defraudar; compraremos a los débiles con dinero y al indigente por un par de sandalias, y venderemos hasta los desechos del trigo’." (8,4-6)

Hoy lo diría con otras palabras. Hablaría de falta de sensibilidad social; de no comprender la hipoteca social que tienen los bienes; del bien común… Tal vez haría referencia a las leyes del mercado o a la “necesidad de un ajuste que ayude a todos a vivir mejor”…

Tal vez este profeta no resonaría mucho el día de hoy en el círculo rojo… claro… en ese momento tampoco era muy escuchado por quienes manejaban los bienes…

Hoy seguramente sería tratado como un fanático religioso que se quedó con nostalgia del oscurantismo medieval. Más si les dice cosas como estas:

“Oráculo del Señor: aquel día yo haré que el sol se ponga al mediodía, y en pleno día cubriré la tierra de tinieblas; cambiaré sus fiestas en duelo y todos sus cantos en lamentaciones; haré que todos se ciñan un sayal y que se rapen todas las cabezas; haré que estén de duelo como por un hijo único, y su final será como un día de amargura.” (8, 9-12)

Sin dudas… ¡un intolerante total!!!

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