"Llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: ¡La paz esté con ustedes!" (Jn 20, 19)

Mensaje de los Obispos de Entre Ríos sobre la situación actual.

Los Obispos de la Provincia de Entre Ríos estamos siguiendo con atención y gran preocupación pastoral los acontecimientos del grave conflicto suscitado entre el sector agropecuario y los organismos del Gobierno del Estado Nacional, que tienen una gran incidencia en nuestra región y amenazan los vínculos de convivencia social en nuestro país.
En estas últimas horas -y como fruto de las resonantes e imperiosas llamadas al diálogo desde muchos sectores y actores de la vida nacional- se han comenzado las conversaciones para avanzar en la búsqueda de soluciones justas y equitativas. Nos unimos a esas voces y nos alegramos del inicio de estas conversaciones. Todo se puede ganar con un diálogo sincero y realmente abierto.

Los argentinos nos merecemos este ejercicio de diálogo fraterno que nos lleve a encontrarnos profundamente en la verdad y la justicia. Creemos que todos los que detentan mayor representación institucional en todos los niveles, deben ser los que más se involucren con nobleza y magnanimidad en la promoción del diálogo y en sostenerlo pacientemente, teniendo siempre presente el principio del bien común que se constituye por el bien de todas y cada una de las personas de la sociedad.

Las exigencias del bien común llevan también a no desvalorizar el trabajo del campo y su aporte al crecimiento de la Nación, como también el respeto del trabajador y su familia, su promoción integral y sus derechos fundamentales.

Las finanzas públicas deben ser orientadas al bien común mediante políticas impositivas justas y estables que tengan en cuenta la racionalidad y equidad en la imposición de los tributos, el rigor, la transparencia e integridad en la administración y en el destino de los recursos públicos, la solidaridad de todos los argentinos y el respeto de la forma federal de gobierno que establece la Constitución de la Nación Argentina tanto en la recaudación como en el destino de dichos recursos.

Debemos orar a Dios, nuestro Padre, a quien nuestra misma Constitución invoca como "fuente de toda razón y justicia" pidiéndole que ilumine a aquellos de quienes depende que de la superación de este conflicto salgamos todos ennoblecidos por haber hecho verdad aquello que pedimos en nuestra "Oración por la Patria", que invitamos a rezar con sincera esperanza:

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad
de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Sábado 29 de marzo de 2008.-

Card. ESTANISLAO E. KARLIC Arzobispo emérito de Paraná
Mons. MARIO L. B. MAULION, Arzobispo de Paraná
Mons. JORGE E. LOZANO Obispo de Gualeguaychú
Mons. LUIS A. COLLAZUOL Obispo de Concordia
Mons. C. DANIEL FERNANDEZ, Obispo auxiliar de Paraná

2 Comments

  1. Padre Fabián:
    En La carta del día de tu asunción en Maria Luisa te dije que ahora mis comentarios iban a ser públicos, nuevamente gracias por los 4 años compartidos, personalmente agradezco al Señor por haberme dado la oportunidad de conocerte.
    Gracias por tu servicio, humildad y sobre todo por ser un hombre de Dios.
    Quiero pedirte disculpas por si en algún momento no pude o no supe acompañarte en tu tarea pastoral en nuestra parroquia.
    Siempre te voy a recordar.

    Hoy recé por ti
    y Dios debe haberme escuchado.
    Aunque no dijo ni una palabra,
    sentí su respuesta en mi corazón.
    No le pedí ni fama ni dinero
    (porque sé que no los deseas).
    Le pedí tesoros mucho más duraderos..
    Le pedí que en tu nuevo destino
    pastoral se pusiera cerca de ti
    al comenzar cada nuevo día,
    para darte salud, bendiciones
    y amigos para compartir tu camino.
    Le pedí felicidad para ti
    en todas las cosas,
    grandes o pequeñas.
    Pero fue su amor
    lo que pedí con más fervor.

  2. Padre que tal tu nuevo destino? contanos
    Volve a escribir pronto me encanta tú página. Que el Señor te bendiga

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