No tiene que ver con sentimientos sino con acciones de la voluntad: creo porque quiero creer. Sigo creyendo... porque confío y miro hacia delante.
La fe es un caminar en el cual puede haber algunos tropezones. Pero Jesús nos advierte sobre una gran tentación: la de mirar melancólicamente hacia el pasado. Creyente es el que trabaja cada día en su conversión, sin desánimos. Es lo que explico en este video.
https://www.youtube.com/watch?v=bmlWJDw_bwo
Los Judíos, durante el Éxodo, suspiraron por las cebollas y ajos de la tierra de la esclavitud. A veces... a nosotros también nos puede pasar. A vos... ¿te ha pasado alguna vez?