En una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Mons. José María Arancedo, el Papa Francisco ha querido hablarnos a todos. Si bien la pueden leer por muchos medios, se las quiero compartir porque veo que hay canales de televisión que están diciendo muchas cosas... menos lo que ha querido decir el Papa. Es para vos, argentino:

patria

Texto completo:

Querido hermano:

En vísperas de la celebración del bicentenario de la independencia quiero hacer llegar un cordial saludo, a vos, a los hermanos Obispos, a las autoridades nacionales y a todo el pueblo argentino. Deseo que esta celebración nos haga más fuertes en el camino emprendido por nuestros mayores hace ya doscientos años. Con tales augurios expreso a todos los argentinos mi cercanía y la seguridad de mi oración.

De manera especial quiero estar cerca de los que más sufren: los enfermos, los que viven en la indigencia, los presos, los que se sienten solos, los que no tienen trabajo y pasan todo tipo de necesidad, los que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano y explotación de personas, los menores víctimas de abuso y tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga. Todos ellos llevan el duro peso de situaciones, muchas veces límite. Son los hijos más llagados de la Patria.

Sí, hijos de la Patria. En la escuela nos enseñaban a hablar de la Madre Patria, a amar a la Madre Patria. Aquí precisamente se enraiza el sentido patriótico de pertenencia: en el amor a la Madre Patria. Los argentinos usamos una expresión, atrevida y pintoresca a la vez, cuando nos referimos a personas inescrupulosas: “éste es capaz hasta de vender a la madre”; pero sabemos y sentimos hondamente en el corazón que a la Madre no se la vende, no se la puede vender… y tampoco a la Madre Patria.

Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martin y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones.

Con estos doscientos años de respaldo se nos pide seguir caminando, mirar hacia adelante. Para lograrlo pienso -de manera especial- en los ancianos y en los jóvenes, y siento la necesidad de pedirles ayuda para continuar andando nuestro destino. A los ancianos, los “memoriosos” de la historia, les pido que, sobreponiéndose a esta “cultura del descarte” que mundialmente se nos impone, se animen a soñar.

Necesitamos de sus sueños , fuente de inspiración. A los jóvenes les pido que no jubilen su existencia en el quietismo burocrático en el que los arrinconan tantas propuestas carentes de ilusión y heroísmo. Estoy convencido de que nuestra Patria necesita hacer viva la profecía de Joel (cf. Jl 4, 1). Sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar cosas grandes, la Patria podrá ser libre.

Necesitamos de abuelos soñadores que empujen y de jóvenes que -inspirados en esos mismos sueños- corran hacia adelante con la creatividad de la profecía.

Querido hermano pido a Dios, nuestro Padre y Señor, que bendiga nuestra Patria, nos bendiga a todos nosotros; y a la Virgen de Lujan que, como madre, nos cuide en nuestro camino. Y, por favor, no te olvides de rezar por mí.

Fraternalmente
Francisco

(Ciudad del Vaticano, 8 de julio de 2016.)

Algunos apuntes míos...

En primer lugar, es bueno recordar que a esto lo podemos enamarcar muy bien en el contexto del documento de los Obispos Argentinos con respecto al Bicentenario. Si no lo pudieron leer completo todavía... pueden comenzar por la presentación del mismo que hice en este artículo.

Lo segundo... me llamó mucho la atención el repetir constante de una palabra: patria. Si no conté mal... son 12 veces que la nombra. Y cuando  un  maestro repite una palabra (y Francisco lo es) es con la intención de que se grabe en la memoria porque la considera importante. Francisco nos invita a volver a hablar de patria: la tierra de nuestros padres... en la que nacimos y de la que somos parte todos. Empezando por los más débiles, a los cuales hace especial referencia y le dedica un párrafo completo.

Lo tercero... los adjetivos con los cuales califica a la Patria. Por un lado, habla de la Madre Patria. Cuatro veces. No hace referencia a lo que normalmente solemos pensar con estos términos: España. Hace referencia a nuestra propia patria, la Argentina. Y nos invita a que la miremos como a una madre a la cual debemos respetar y defender. Es volver a rescatar ese valor tan perdido entre nosotros: el sentimiento patriótico... el patriotismo que nace de la filiación (es decir, del ser hijos).

Lo cuarto... el otro adjetivo: la Patria Grande (dos veces). Para que nos sintamos parte de aquello que somos: latinoamericanos. Y, en un mundo en el cual la globalización ahoga identidades... una invitación a descubrirnos como parte de esta Patria Grande. Y no desde el falso concepto de una unidad "bolivariana" (que existe sólo en la mente de algunos trasnochados de izquierda) sino en la común identidad que nos da una característica especial y distinta en nuestro mundo: el sustrato católico que está en la manera de ser de nuestro pueblo. ¿No será hora de volver a nuestras raíces "barrocas" dejando de lado esas ideologizaciónes con que nuestros "ilustrados" dirigentes (de izquierda o de derecha) nos guían como rebaños?

Esto dá para algo más largo que estas líneas... pero es lo que me viene a la mente con esto. Y a vos... ¿qué te inspira este mensaje?