¿Qué es lo que mueve al hombre a vivir mejor en la tierra? ¿Es malo querer progresar materialmente?
Hay quién dijo que lo que mueve al mundo es el egoísmo. Pero creo que el hombre no está cimentado en disvalores. En lo profundo de su ser laten valores que, cuando emanan a la superficie que son las conductas, se pueden tergiversar y convertirse en su antítesis.
Creo profundamente que lo que mueve al hombre a vivir materialmente mejor es su condición de peregrino. Estamos de paso por la vida, pero con una meta: un peregrino sin meta es un absurdo inmóvil. Esta meta de todo hombre es el Absoluto, Aquél único capaz de calmar la inquietud de nuestro corazón, Dios.
Ahora bien, esta constitución peregrina de nuestro ser nos lleva a “peregrinar” materialmente: tratar de conseguir más confort, salud, educación, trabajo más digno… Si el hombre no transforma todo esto en un ídolo y se deja dominar por ellos, entonces hay una mirada puesta en el Absoluto pero no perdida en el horizonte sino fija en lo concreto y cotidiano. Y esta mirada, coherente con su propio ser, lo lleva a crecer más: a ser más persona sin olvidarse que el tener es algo muy bueno y lícito. Ya lo dijo el Creador en el Génesis: crezcan y multiplíquense, hinchen la tierra y domínenla.