Una flor verde y fea… una de tantas. Una mosca que se posa… una de tantas. En el todo del campo, la pequeñez cotidiana hace de esto algo totalmente… ¡intrascendente!
“Me levanto a las 5.30 para llegar a mi trabajo a horario”… intrascendente.
“Tengo que preparar la leche porque están llegando los chicos de la escuela”… intrascendente.
“Mi nieto vino a verme”... intrascendente.
“Preparate unos mates que ya voy”… intrascendente.
“Rezá una oración por mí que estoy angustiado”… intrascendente.
“No puedo ir porque tengo que estudiar para el examen”… intrascendente.
“Vi a mi hijo hacer un gol en la canchita del barrio”… intrascendente.
“El auto frenó para que yo terminara de cruzar la calle”… intrascendente.
“Me atendió muy amablemente”… intrascendente.
“Danos hoy el pan nuestro de cada día”… intrascendente.
Sin lugar a dudas, en la vida todo es… intrascendente. O, tal vez, nos cuesta maravillarnos de lo ordinario, que es ordinariamente grande y trascendente. Y vos, ¿qué opinás?
Padre, hace tiempo que perdimos el asombro de los niños, por eso Jesucristo dijo: El que no se haga como niño no entrará en el reino de los cielos. Hay personas que esperan mucho de nosotros y no nos damos cuenta, hay personas que creen en nosotros y no nos damos cuenta, hay personas ordinarias que tienen mucho que aportarnos y no nos damos cuenta, porque le pusimos la etiqueta del mundo y no la miramos con los ojos de Dios que vio a los débiles como los primeros de su Reino.
Opino que hay que SORPRENDERSE siempre y TRASCENDER...MAS ALLÁ DE LAS COSAS....Mi Santo preferido es San Francisco de Asís
...con El aprendí a VALORAR la CREACIÓN...y después viene lo cotidiano...No dejemos de TRASCENDER !!!