Salí de la parroquia con una tormenta bárbara. Al llegar a El Solar el agua dejó de caer. Al mediodía alumbró el sol. En la tarde había un cielo precioso... mucha humedad y un calor sofocante.
Contemplando desde un banco la plácida tarde
Estaba sentado en un banco, tomando unos mates y meditando sobre lo propuesto por el padre predicador. Es de tardecita. La tormenta de anoche (lunes para martes), precedida por el bochornoso calor ya pasó. El aire está fresco. El sol cansino que está cayendo deja entre sombras algunas partes de la casa. El verde contrasta con el otro pedazo de patio que si está iluminado y con las copas de los dos árboles. Quietud. Serenidad. Silencio. Placidez. El otoño está entre nosotros. Y yo, con mis cincuenta recién cumplidos, también me siento otoñal.
Algunos curas de mi edad, canosos, pasean por las galerías rezando. Contrastamos con el resto del clero del retiro... más jóvenes. Una nueva época comienza en mi vida. Si bien lo tenía presente, no me había sido tan patentemente manifestado como hasta esa tarde. ¿Estoy a las puertas de la ancianidad? Espero que no sea por la edad sino porque la sabiduría me está ganando la vida... pero creo que es solamente por los años y las canas que tengo en medio del poco pelo que me está quedando.
Ecos del retiro
Fue muy vivido interiormente. De purificación los primeros tres días y de Tabor el resto. Me sorprendió gratamente el predicador, por su sencillez y profundidad. Ahora toca cumplir los propósitos... que van por lado de los vínculos. Primero lo charlo con mi acompañante espiritual y despues, tal vez, se los cuente.
no creo que estemos en la puerta de la ancianidad, solo llegamos al medio siglo de vida... que es el momento de compartir y mostrar lo que aprendimos y lo que nos ha transformado Dios... que mostremos que vivir y ayudar a vivir es hermoso... (tengo 50 y antes la ancianidad comenzaba a los 50... ahora a los 60...igual a los 60 puedo cambiar de respuesta je.)
Yo creo que se estan equivocando lindo, tengo 68 y para nada creo ser anciana, si una persona mayor con mucha sabiduria de vida y unos cuantos achaques, pero para trabajar para el Señor la juventud brota del corazón.
En Río el Papa le dijo a los jóvenes que sepan escuchar a los ancianos. El problema es que... nadie quiere ser anciano.