Ayer tuve la oportunidad de ver parte de la visita del Papa a Tierra Santa. Gracias a la transmisión en vivo que hace EWTN. Primero fue la emocionante ceremonia en Yad Vashem, el memorial del Holocausto en Jerusalén. Me emocionó, aunque no entendí lo que decía, el canto de un Rabino. Es impresionante como el arte es capaz de derribar todas las barreras para hacernos entender al otro. Ese canto me hizo comprender el dolor y la angustia que transmite el recuerdo del lugar donde se estaba.
Después pude ver el acto en el Instituto Notre Dame para el dialogo interreligioso. Fue muy interesante el discurso del Santo Padre. Lo que no entendí fue lo que seguía. Se paró un musulmán que comenzó a hablar en árabe. Los traductores de la EWTN no lo tradujeron y comenzaron a charlar sobre el discurso que Benedicto había dado. Dos o tres se levantaron de sus sillas y charlaron con los encargados de la seguridad. Los asistentes se sonreían y hacían comentarios entre sí, pero el Papa estaba serio (no entiende nada de árabe). Me dije, ¿qué estará diciendo que causa esa hilaridad? El Papa habla con un Obispo que está junto a él, algo raro en los protocolos de estas reuniones. Otro obispo se para y lo toma de la manga al que está hablando, como diciéndole que se le terminó el tiempo y que deje de hablar para no salirse de lo asignado a cada uno... Terminado el discurso veo que no lo saludan con mucha efusividad. Y, de golpe, el acto se termina y el Papa desaparece. En eso, suena el teléfono de mi cuñado y me dice que ha nacido mi sobrinita, así que me olvido de todo y me voy a la clínica.
Hoy, a través de Zenit, me entero que el que habló en árabe fue el jeque Tayssir Attamini, juez supremo de las Cortes islámicas de Jerusalén. Y lo que hizo fue atacar a Israel. El discurso no estaba previsto, por eso todo el revuelo que se armó y yo no entendí de que se trataba. Me quedo con las declaraciones del Padre Lombardi: "En un acontecimiento dedicado al diálogo, esta intervención ha sido una negación del diálogo. Se espera que este suceso no comprometa la misión del Papa que busca promover el diálogo entre las religiones, como él ha afirmado claramente en muchos discursos de este viaje". Y rezo para que Benedicto sea instrumento de paz con su presencia.
Junto a esto, un consuelo barato. Si a la diplomacia vaticana, con toda su experiencia y profesionalidad, se le coló este incidente, que a mi nadie me critique si se me despiola una Fiesta Patronal por esos avatares imprevistos que suelen suceder... ;-)