Ya había comentado aquí el porqué se iniciaba un proceso canónico a este sacerdote por parte de su Obispo. Allí participaron con sus comentarios, de varios colores, distintos lectores. Se nota, sobre todo, que se entienden las cosas desde el sentimiento que provoca y no desde la realidad misma. Ahora acabo de enterarme, vía Clarín digital, que el proceso ha culminado con una pena canónica al sacerdote. Me gustaría tener el texto completo, pero la web del matutino porteño cita esta parte (entrecortada) de la sentencia del Tribunal Interdiocesano de Córdoba:
“El presbítero José Nicolás Alessio ha cometido rechazo pertinaz de la doctrina descrita (…) al sacramento del matrimonio y desobediencia al Ordinario (…). Ha divulgado por escrito y de palabra por los medios de comunicación en contra del magisterio eclesiástico. (…) Se le prohibe ejercer en público la potestad sagrada, es decir: celebrar la Santísima Eucaristía , oír confesiones, celebrar los demás sacramentos (…) y residir en la casa parroquial San Cayetano del barrio Altamira”.
Seguramente la página del Arzobispado cordobés lo dará a conocer en su momento. Para quienes no entiendan de que se trata una sanción canónica, pueden visitar este sitio que lo explica.
Clarín también cuenta como es la vida actual de este sacerdote:
Vive en una casa particular y se gana la vida “como asesor en educación” del bloque de legisladores de Luis Juez.
Asesor de un bloque político... bueno... de hambre no se va a morir. Y ese sueldito ¿le gustaría mucho al bueno del extinto Obispo Angelelli, en quién su grupo dicen inspirarse? Como decía el Cambalache: "la Biblia junto al calefón".
Los laicos acompañamos a nuestros Pastores que a través de sus enseñanzas, entre otras cosas, cuidan nuestra Fe. Cuando uno de ellos, sea obispo, sacedote o religiosa, se equivoca, nuestro deber es redoblar nuestras oraciones para que el Espíritu Santo lo ilumine y vuelva a encontrar el camino de la Verdad. Claro está que también el Señor cuenta con la libertad de sus hijos.