El Papa Francisco ya está apacentando a su grey con palabras y gestos. Pasadas las primeras emociones, traigo un sencillo análisis de las primeras expresiones y acciones que realizara. Son importantes porque nacen de la espontaneidad de las cosas que comienzan. Una espontaneidad de un tipo inteligente, un tipo que sabe lo que hace y dice. Por eso los primeros gestos y las primeras palabras son un corazón abierto para que leamos allí una historia de fe, una historia que nos comparte la fe, una historia que nos invita a vivir su experiencia de fe.

Papa Francisco

Comencemos con lo más evidente. Sus gestos. Primero aparece al balcón, a “presentarse en sociedad”, solamente con la tradicional sotana blanca. Sin ningún otro aditamento de ropaje. Incluso con una cruz sencilla (no dorada). Utiliza la clásica estola pontificia recién cuando da la bendición. Todo esto a muchos “liturgistas” no le gustó para nada. Otros quedaron contentos con la sencillez del ropaje.

El gesto de pedir oración al pueblo de Dios para el Pastor Emérito. Y no sólo quedarse en eso sino elevar juntos esas tres oraciones que (por lo menos aquí en Argentina) solemos hacer juntas: Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Luego, antes de dar la bendición, pedir oración para él. Palabras acompañadas del gesto de inclinación cuando el silencio orante de la plaza impetraba bendiciones a Dios, me conmovió. Sus primeros gestos nos llevaron a lo principal, a lo único necesario para el cristiano: Dios, presente, que se deja interpelar y que obra en y con nosotros… todo el resto es comentario de esta verdad esencial.

El tercer gesto, volverse junto a los otros cardenales para cenar en la casa Santa Marta. Bueno, la cena estaba prevista. Pero había un auto con chofer especialmente para él. Pues bien… se fue en el colectivo con el resto de los cardenales, como uno más.

Avisó que se iría a ofrecer al pueblo Romano a la Virgen. Y lo hizo hoy a la mañana. Se fue a la Basílica Santa maría la Mayor. En un sencillo auto, con dos o tres acompañantes. Entro por una puerta lateral. Le ofreció a la Virgen un ramo de flores (uy… cuanto de religiosidad popular hay aquí… ya lo comentaremos más largo y tendido alguna vez) y 10 minutos de oración. Luego fue a rezar delante del altar en el cual San Ignacio de Loyola (fundador de los Jesuitas) celebrara por primera vez una Misa en Roma.

De regreso al Vaticano paró en el hotel dónde estaba alojado: retiró allí sus valijas y ¡pagó la cuenta! Me imagino la cara del conserje y del gerente.

Pues bien… parece que la sencillez se hace presente en la Ciudad Eterna. Espero que el tradicional protocolo no la asfixie.

Vayamos a las palabras. Este es el video de las primeras que dijo desde el balcón:

Y esta es la traducción que difundiera el VIS. Señores del VIS, simplemente una advertencia: habló un argentino y se merece que lo traduzcan al argentino y no al español neutro. Así que espero que las traducciones estén a la altura de esta situación novedosa en el Vaticano. Mientras tanto, yo desde este sitio “argentinizaré” las traducciones que ustedes ofrezcan. Así que estas fueron sus primeras palabras (negrillas mías):

“Hermanos y Hermanas, ¡Buenas Noches!

Saben que el deber del Conclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo... Pero estamos aquí... Les agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo: ¡Gracias! Y antes que nada, querría hacer una oración por nuestro Obispo Emérito, Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, para que el Señor le bendiga y la Virgen lo custodie.

(Se reza el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria)

Y ahora, empezamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Les deseo que este camino de la Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructuoso para la evangelización de esta ciudad tan hermosa.

Y ahora quisiera dar la bendición, ... Pero antes, antes, les pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, les pido que ustedes recen al Señor para que me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de ustedes por mi.

Ahora les doy la bendición a ustedes y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Hermanos y hermanos los dejo. Muchas gracias por la acogida. Recen por mi y hasta pronto. Nos veremos pronto: mañana quiero ir a rezar a la Virgen, para que custodie a toda Roma. Buenas noches y buen descanso.”

Lo primero es la cercanía con la gente, la empatía que logra con sus palabras. Yo seguí toda la transmisión a través de EWTN, con el traductor que nos ayudaba a comprender lo que se decía. Pero esa sobreposición de discursos hizo que perdiera la calidez de lo que se estaba viviendo. Por eso les subí un video italiano, para que apreciemos como se dio el encuentro.

Lo segundo, se presentó como Obispo de Roma hablándole a su Iglesia Particular, a su Diócesis. Y aclaró, en referencia a su pontificado, que es la Iglesia de Roma “la que preside en la caridad a todas las iglesias”. Hay aquí datos que espero que gente con mucho más formación teológica que yo analicen en profundidad, por las connotaciones ecuménicas que tendrá. Notemos que es la Iglesia de Roma la que preside en la caridad. Se nota una toma de postura en lo concerniente a la función del obispo en el marco del Pueblo de Dios y también a la colegialidad episcopal y a la función del Papa en la Iglesia. No por nada utiliza una frase de uno de los primeros escritores cristianos: San Ignacio de Antioquía. Seguro que esto se analizará bastante: con rasgaduras de vestiduras por unas partes, alegrías desmesuradas por otras y mucha sabiduría por la mayoría de los teólogos católicos. De mi parte, a la espera de las repercusiones estoy.

Lo tercero, es el marco concreto que tendrá este pontificado: la evangelización. Hace referencia a la evangelización de la urbe (Roma) pero es en el contexto del año de la fe y apenas clausurado el Sínodo de la Nueva Evangelización. Tiempos de un renovado anuncio de la fe nos esperan. Y estoy feliz de que este aspecto se haya resaltado de manera tan sencilla.

Si debiera resumir con mis palabras, me atrevería a decir que el Papa Francisco invitó al Pueblo de Dios a orar y evangelizar: sólo en el marco del encuentro con Dios hay un anuncio creíble, una conversión de las personas, una resolución fecunda de cualquier crisis que la Iglesia y el mundo padezcan.

En este marco, su primera homilía como Papa. Debo reconocer que no sabía que se transmitiría la Misa con los Cardenales. Pensé que sería privada, ya que era en la Capilla Sixtina y era como una especie de clausura del cónclave. Hoy al mediodía, ya terminando de cocinar, prendí la televisión para buscar el programa más apasionante del mediodía argentino: Estudio Fútbol (es que entre Pagani, Farinella y Palacios me desenchufan de todas las pavadas que dicen los noticieros locales). Entonces me encontré con la Misa recién empezada, transmitida en directo por EWTN. En ese contexto, esta fue la homilía, sin papeles en la mano… como solemos hablar los curas a nuestras comunidades parroquiales:

Y Esta la traducción que ya subió la agencia Zenit (con algunas palabritas corregidas escuchando el original):

“En estas Lecturas veo que hay algo en común: es el movimiento. En la Primera Lectura el movimiento en el camino; en la Segunda Lectura, el movimiento en la edificación de la Iglesia; en la tercera, en el Evangelio, el movimiento en la confesión. Caminar, edificar, confesar.

Caminar. «Casa de Jacob, venid, caminemos en la luz del Señor» (Is 2,5). Esta es la primera cosa que Dios ha dicho a Abrahan: Camina en mi presencia y se irreprensibile. Caminar: nuestra vida es un camino y cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor, tratando de vivir con aquella irreprensibilidad que Dios pedía a Abrahan, en su promesa.

Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras tienen consistencia; pero piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre aquella piedra angular que es el mismo Señor. He aquí otro movimiento de nuestra vida: edificar.

Tercero, confesar. Podemos caminar todo lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, Esposa del Señor. Cuando no se camina, uno se detiene. Cuando no se edifica sobre piedras ¿qué sucede? Sucede lo que ocurre a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se viene abajo, no tiene consistencia. Cuando no se confiesa a Jesucristo, me viene a la mente la frase de Léon Bloy: “Quien no reza al Señor, ora al diablo”. Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.

Caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar, a veces hay sacudidas, hay movimientos que no son precisamente movimientos del camino: son movimientos que nos tiran para atrás.

Este Evangelio prosigue con una situación especial. El mismo Pedro que confesó a Jesucristo, le dice: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. Yo te sigo, pero no hablemos de Cruz. Esto no tiene nada que ver. Te sigo con otras posibilidades, sin la Cruz. Cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.

Yo quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el coraje, precisamente el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que se ha derramado sobre la Cruz; y de confesar la única gloria: Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante.

Yo auguro a todos nosotros que el Espíritu Santo, por la oración de Nuestra Señora, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo Crucificado. Así sea.”

En verdad aquí resuena el Mons. Bergoglio que los argentinos conocemos. Sencillo, profundo, yendo a lo esencial, invitando a vivir.

Y esta homilía es el corolario de la invitación a evangelizar que realizara al presentarse. “Caminar, edificar, confesar a Jesucristo Crucificado”… ¿debo agregar algo más? Pues sí. Anoten con cuidado: cuando Jesús no está presente en nuestros criterios de acción nos transformamos “en una ONG piadosa, pero no en la Iglesia, Esposa del Señor”. Aquí los criterios ideológicos hacen agua: ¿conservador? ¿progresista? ¿integrista? ¿liberacionista?... pues… no entendiste nada. Nuestro único criterio debe ser Jesucristo Crucificado.

El Papa Francisco nos está ayudando a volver a lo esencial, a renovar nuestra vida desde allí.

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5 Comments

  1. Gracias Padre Fabián. El mejor compendio, el resumen más profundo de estos dos primeros días del pontificado de S.S. Francisco. Esto es como una especie de Prefacio o Introducción a la obra, un "libro" que ya quiero leer, que quiero vivir, que quiero hacer carne en mi vida.

    Dios es más grande aún, en su obrar, que nuestros mejores deseos y expectativas -de por sí bastante limitadas, humanas, por más altruistas que parezcan-.

    Por esto y muchos más todas las gracias, la gloria, el honor sean tributadas al Altísimo :)

    ¡Ave María Purísima!

  2. Estoy extremadamente emocionada, todavia no puedo opinar. Es algo que cada gesto, cada palabra de nuestro queridísimo Papa Francisco me deja con la boca abierta. Pero me produce unas ganas de reirme, de gritar, de comunicar mi alegría. No se todavia no lo puedo manifestar......Solo puedo decir lo que dije en el primer minuto..¡¡¡¡¡¡ GRACIAS DIOS !!!!

  3. PADRE FABIÁN BENDICIONES. LOS SENTIMIENTOS SON MUY DIFÍCILES DE TRADUCIRLO EN PALABRAS PERO SI DE ALGUNA MANERA DEBO ILUSTRAR ESTE SENTIMIENTO QUE ME PRODUJO LA ELECCIÓN DE FRANCISCO I SE ME LLENÓ EL PECHO DE ALEGRÍA Y REAFIRMÓ MI FÉ. SE DICE POR ALLÍ QUE LATINOAMÉRICA ES TIERRA DE INICIADOS Y MUCHAS VECES NECESITAMOS TENER PRUEBAS EN LO TRIDIMENCIONAL PARA HACER DE NUESTRA VIDA (CAMINO DIJERA FRANCISCO I) UNA RELIGIÓN. QUE COMO BIEN SABEMOS VIENE DE "RELIGARE" VOLVER A ENCONTRARNOS CON LO ESENCIAL COPIÁNDOTE LA EXPRESIÓN QUE USASTES. QUIERA DIOS ADQUIÉRAMOS LA VOLUNTAD PARA CARGAR CON ESA CRUZ DESPEJAR NUESTRA CORAZÓN Y QUE LA LUZ DEL CRISTO BRILLE EN NUESTROS CORAZONES. QUE LA PAZ ESTE CONTIGO