Se acerca el fin de año. Las clases terminaron. El calor marca su presencia en el día a día. Nos vamos preparando, de a poco, para “las fiestas de fin de año”. Aunque no lo queramos, los comercio nos lo hacen acordar. Ya las vidrieras y los interiores de los locales se visten de verde y rojo, adornados con muérdagos e imágenes de Papa Noel. Es el “espíritu navideño” (como dirán las películas que veremos alrededor del 25) el que nos va ganando. Pero… ¿qué es ese “espíritu navideño”? del que tanto se habla? ¿solamente dura un día o una semana? ¿quién fue Papa Noel? ¿qué celebraría hoy él, o sólo se limitaría a dar regalos, “entrando por las chimeneas” que nuestras casa no tienen?

La figura de Papá Noel está inspirada en la vida del obispo de Mira (la actual Turquía), quien fue muy popular por su bondad y por su generosidad con los pobres. Se llamaba Nicolás de Bari y nació en el siglo IV. Su aspecto distaba bastante del que hoy se le atribuye. Era un hombre de complexión delgada y gran estatura que vestía como un sacerdote. El hecho de que se lo represente con tres bolsas doradas se debe a que Nicolás supo en una ocasión que uno de sus vecinos se encontraba en bancarrota y que estaba desesperado por no tener la dote de su hija, comprometida para casarse en fecha próxima. Al conocer las tribulaciones de su vecino, Nicolás dejó una bolsa con monedas de oro como un obsequio en la casa del mercader. La boda se celebró sin contratiempos. Desde entonces cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad.

En el año 1087 los restos de San Nicolás fueron llevados a Bari (Italia), donde se construyó una iglesia en su nombre. En el siglo XII la tradición católica de San Nicolás se expandió por Europa. Hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos y la difunden desde la ciudad que fundaran: “Nueva Holanda”, o como la conocemos hoy, “New York”. En Argentina hay una ciudad que lleva su nombre: San Nicolás de los arroyos, en la provincia de Buenos Aires.

Aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus, con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes es una invención estadounidense de estos años. Hasta que el escritor inglés Clement Moore lo imaginó en un trineo llevado por ocho renos, Papá Noel repartía sus regalos a pie o montado en un caballo. Pero además, no siempre tuvo la imagen universal que se conoce hoy. El nuevo aspecto de tan querido símbolo navideño, un hombre regordete de sonrosadas mejillas y larga barba blanca, se debió al arte del caricaturista norteamericano del siglo XIX Thomas Nast, quien representó así a Santa Claus en una ilustración. En 1931 una marca de gaseosas le encargó al diseñador Haddon Sundblom que dibujara un Papá Noel para su campaña navideña. Esa imagen quedó en el imaginario popular y luego ya nadie lo imaginó de otra forma.

Sin embargo debemos rescatar la identidad verdadera de Papa Noel para tener sus mismas actitudes en este tiempo de Navidad. ¿Qué celebraría él si viviera hoy? Como todo buen cristiano, no se fijaría tanto en dar regalos o destapar sidras, sino en festejar lo que le da sentido a estas fiestas: ¡En Navidad nace Jesús, Dios que se hace hombre y habita entre nosotros! Esta fue la alegría de Papá Noel, este es el verdadero “espíritu navideño”.

Qué pasa entonces en Navidad. “Dios se hace cercano”. Como los ángeles podemos repetir “Gloria a Dios en las alturas”, porqué también podemos ver al Invisible. El toma un rostro. Lo podemos conocer; lo podemos escuchar.

Más todavía, desde la primera Navidad, Dios se mete directamente en nuestra historia. Siempre estuvo: El creó al hombre y, con su Providencia, nos sostiene en todos los pasos que damos. Pero inaugura una etapa distinta. Camina con nosotros, desde el madero de su cuna en Belén al madero de su cruz en Jerusalén. Como hombre verdadero comparte todo lo humano: gozos y alegrías, angustias y dolores, nada de lo nuestro dejó de experimentar, excepto el pecado. Dios se acerca a los hombres: es el modelo perfecto de solidaridad. No nace en Belén para pasear por Tierra Santa. Nace en Belén para compartir nuestra historia y extendernos una mano, dándonos el ejemplo.

Es así que tenemos que vivir la verdadera Navidad cristiana. Con Cristo en el corazón. Con Cristo en la propia vida. Con las actitudes de Cristo hacia los que me rodean, familiares, vecinos, amigos. Así lo vivió Papá Noel. ¿Así lo vivimos? Nuestras navidades muchas veces se parecen a una fiesta de cumpleaños, una linda y rica fiesta que con esmero hemos preparado. No dejamos nada librado al azar: los invitados están todos, el cotillón comprado, la comida en la mesa, las botellas en la heladera. Y comenzamos la fiesta, y nos divertimos, y la terminamos. Y todo fue lindo, salvo un “pequeñísimo detalle”… nos olvidamos de invitar al agasajado. Fue como una fiesta sorpresa: le dimos la “sorpresa” de no invitarlo.

Que esta Navidad sea verdaderamente cristiana. Que Jesús sea el centro. Para eso los invito a reconciliarse con Él, a participar de la Misa de Nochebuena o de Navidad. A comulgar con su Presencia en la Eucaristía. A bendecir nuestra mesa, para hacerlo también parte de nuestra fiesta familiar. Celebremos una Navidad al estilo del verdadero Papá Noel.

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3 Comments

  1. 1. Gaby - Diciembre 11, 2006[Edit]

    Interesante biografia de Papá Noel….Que Jesús era el Centro.para él.
    Tengo una acumulación de años de cansancio por la imagen “Santa Claus” que todos conocemos
    .
    PD: Sobre el post de mi blog en el que comentatste, no te preocupes de quienes nombro, porque los nombré precisamente para no generalizar. Tengo muchos hermanos y amigos católicos, entre los cuales espero contarte.

    Compartiendo horfandades, abandonos e infancias un tanto ríspidas, conocií un niñito que también tenía problema con sus padres (o sus padres con él) y entre mis familiares “paralelos” y “de entorno” se crió él, no sin dolores. Ahora es sacerdote en una iglesia de un pueblo vecino de aqui. Es el padre Hugo, pero para mí seguirá siendo siempre mi amigo Huguito. Es de esas personas de las cuales popularmente se dice: “No tiene maldad”.

    Y un detalle no menor, mi esposo es católico.

    Gracias por despapanoelizar la navidad.
    2. Jose - Diciembre 15, 2006[Edit]

    Es doloroso como cada Navidad le restan más espacio a Jesús. El mundo sólo piensa en los regalos, y no valora el maravilloso regalo que el Mesías nos dio: Su Vida.

    Saludos.
    Bendiciones!

  2. hola,les dio que yo creo y x siempre voy a creer en papa noel x q yo cuando tenia 5 años me acuerdo q fuy a buscar mis regalos a la casa de mi tio y cuando cruzabamos x la calle vimos algo en el cielo y en ese momento de di cuenta q era papa noel era algo con ciervos renos o venados no se bien que eran esos animales pero yo siempre me voy a acordad de ese momento asta hoy y para toda la vida te abrazo y te mando besos cachi♥

    1. ¡Amorosa! No pierdas nunca la ternura de tus diez años. Muy lindo tu fotolog.