Es una alegre reunión de fieles alrededor de gestos que producen el encuentro entre hermanos en el Señor… pero que no provocan la presencia eucarística de Jesús. ¿A qué viene esto? Navegando por la web me encontré con una carta del P. Guillermo “Quito” Mariani, sacerdote polémico que ya “renunció” a su ministerio aunque sigue celebrando la Misa porque “sigue ejerciendo con un márgen de mayor libertad” lo cual le ha permitido que sea “vivido con entusiasmo, esfuerzo y creatividad”. Bueno… hayá él. Volviendo a la carta, está fechada el 26 de mayo. Allí se dirige a un grupo de gente que se reúne bajo el nombre de “Cripta peregrina”. Lo que afirma es… bueno… lean ustedes que yo luego comento:

“Creo que es valorable la decisión del grupo de Atalaya, de marchar hacia una iglesia sin clero en que el sacerdocio bautismal o sacerdocio de los laicos se exprese con toda su fuerza y claridad. Más valorable y comprensible cuando el papel de muchos de los consagrados para la eucaristía y la palabra, se ha exaltado tanto, muchas veces, que llegara a convertirse en poder, anulando iniciativas y derechos comunitarios.

No puedo desaprobar entonces la iniciativa del grupo que se identifica como “Cripta peregrina” de asumir plenamente la responsabilidad del culto, añadida a su papel insustituible como laicos, de evangelización por el testimonio y la palabra, en sus lugares de presencia familiar, laboral y social.

Advierto, sin embargo, algunos detalles que marcan inconsecuencia.

Como lo proponía Miguel Berrotarán, a su juicio, estar reunidos en comunión de corazones los laicos, compartiendo el pan y el vino, ya convierte esos signos en sacramento eucarístico sin ninguna necesidad de “consagración”, que siempre significaría una intromisión clerical. Sin embargo, y es lo que me parece inconsecuente, están todavía dependiendo de que alguien, en privado, les suministre hostias consagradas.

No es cuestión de frenar esa experiencia que se está llevando, al parecer, con eficacia y aprobación. Puede abrir caminos.”

Le piden, por esta necesidad de que “alguien, en privado, les suministre hostias consagradas”, que les celebre alguna Misa de vez en cuando. Por eso consulta cuantos son los interesados. Pero sobre este último tema no me interesa reflexionar (problema del Obispo del lugar es). Lo que quiero es que pensemos sobre esta posibilidad de que haya consagración sin sacerdote.

En realidad, estos laicos y sacerdotes “de avanzada” simplemente están retrocediendo más de 500 años. No hacia la indoamérica sin “conquista” española (también quisieran…) sino hacia la reforma protestante. Tan novedosos son. Por eso una respuesta de la Iglesia frente a este problema ya tiene la misma cantidad de años. La dieron todos los Obispos de ese entonces reunidos en lo que se dio a llamar “Concilio de Trento”. Yo simplemente les cito lo que el Catecismo de la Iglesia Católica dice al respecto:

"Es Cristo mismo, sumo sacerdote y eterno de la nueva Alianza, quien, por el ministerio de los sacerdotes, ofrece el sacrificio eucarístico. Y es también el mismo Cristo, realmente presente bajo las especies del pan y del vino, la ofrenda del sacrificio eucarístico.

Sólo los presbíteros válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor." (CIC 1410/1)

Como vemos, dentro de la Iglesia Católica no hay dudas. La afirmación del catecismo es clara y tajante: “sólo los presbíteros”. El resto o es una payasada o es un acto simbólico. Esto lo tienen en claro los hermanos separados que hacen ecumenismo. Como simple ejemplo les comparto este testimonio de Lala que me hizo llegar con correo electrónico. La semana pasada participó de una ceremonia en la semana de oración por la unidad de los cristianos (aquí en Paraná). Esto cuenta:

"Fue una ceremonia simple encabezada por el dueño de casa o sea el Pastor de esa Iglesia, pero compartida con otro Pastor y el sacerdote católico y también intervino nuestro obispo, que después del evangelio habló del ecumenismo del amor (tema que para nosotros no es nuevo porque hace 3 ó más años venimos hablando de eso, pero no sé si lo tenemos asumido)

Ceremonia emotiva, donde se hicieron lecturas de la Palabra, oraciones de intercesión, petición, perdón etc.

También el sacerdote bendijo el pan y se compartió, fue muy lindo eso, aunque lo hayamos hecho muchas veces en San Cayetano, en contemplaciones etc., en ese contexto con hermanos ESPERADOS fue muy lindo".

Como pueden ver, ni siquiera el simple pan bendecido por un sacerdote es pan eucarístico. Fue un simple gesto de comunión fraternal. Algo que algunos “católicos de avanzada” no pueden terminar de comprender. No les falta teología. Simplemente les falta algo de Catecismo.

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3 Comments

  1. Esto es muy grave, porque lo lleva adelante un sacerdote que deja la Iglesia porqué le cuesta la obediencia. Segundo la gente sencilla que es engañada. Está actitud no solo fue de Lutero, sino también de Arrio, Nestorio, que ocasionaron daños grave. Oremos para que aquellos que duermen (engañados) se despierten y sean obediente, humildes.

    1. Totalmente de acuerdo con vos, Arnaldo. No por algo este hermano sacerdote abandonó el ministerio. Cuesta la obediencia y la humildad. A mí también me cuestan. Pero a veces pensamos que libertad es sinónimo de hacer lo que se me canta... y vienen luego estas "consecuencias".

  2. Padre, sólo quería comentar que leyendo el artículo creo que ha muchos de esos sacerdotes les falta fe: fe en Dios que actúa en la Iglesia y fe en la Eucaristía. Sin duda que sumado, como bien dijo Arnaldo, por falta de obediencia y humildad. Rezo para que Jesús nos aumente la fe!!