Delante de mis ojos se abre un libro. El clásico olor de las cosas viejas ha impregnado toda la habitación. El color amarillento de las hojas  delata el tiempo que ha transcurrido desde su impresión. Los agujeritos causados por los gusanos hace que se tenga que hojear con mucha precaución. Si Celia Godoy no lo hubiera rescatado para el Archivo Arquidiocesano… hoy sería un conjunto ilegible de grandes agujeros. Gracias a ella y a su generosidad en facilitármelo hoy lo puedo leer para ustedes.

Su título es el siguiente (respetando mayúsculas del original):

“PRIMER SINODO DIOCESANO
-DE-
PARANA

Celebrado por el Ilmo. Rmo. Sr. Obispo
Dr. Dn. Abel Bazán y Bustos

En los días 7, 8, 8 y 10 de Febrero de 1915

EDICION OFICIAL”

Y, para que no haya dudas acerca de su contenido, a manera de prólogo hay un decreto del Obispo, que dice:

“Estando ya impresos los Estatutos Sinodales, que con el auxilio de Dios fueron solemnemente promulgados en nuestra Iglesia Catedral el día 10 de febrero del corriente año, y considerando de gran provecho para la Religión y para nuestra Diócesis que se lleven cuanto antes a la práctica.

Nos, en uso de nuestra Autoridad Ordinaria y después de haber oído el parecer de nuestro Venerable Cabildo declaramos, ordenamos y mandamos que todas y cada una de las leyes contenidas en esta edición oficial de nuestro primer Sínodo Diocesano tengan plena fuerza obligatoria desde el 1° de enero de 1916.

Mandamos también que se haga entrega por Secretaría de un ejemplar de este Sínodo a cada uno de los Sacerdotes y Archivos de la Diócesis.

Que el Señor bendiga a todos y les dé su gracia y fuerza para que estos Estatutos por Nos sancionados a mayor gloria de Dios y bien de la Diócesis sean fiel, sincera y diligentemente observados.

Dado en Paraná a 8 días del mes de Diciembre de 1915.”

Muy pocos saben que en nuestra Arquidiócesis se realizaron no uno sino dos Sínodos. El primero el que les traigo a colación y el segundo a los diez años, para revisar y actualizar lo legislado en ese momento. Durante esa época (en alrededor de 20 años) se realizaron seis Sínodos Diocesanos en la Argentina. Dos de ellos en Paraná.

Es este un acontecimiento que escapa a la memoria viva de nuestra Iglesia Local. Tal vez porque no se da el valor a semejante acontecimiento. Algo de esto podemos observar al leer el libro “Abel Bazán y Bustos, un Obispo de hoy” de Hugo Orlando Quevedo. Allí, en medio de 250 páginas se encuentran estas 7 líneas al final de la N° 149:

“En 1914, a mediado del año, y tras largas conversaciones con los párrocos y capellanes del interior de la provincia de Entre Ríos durante las giras que realizara, este ve la necesidad de convocar un Sínodo para resolver numerosas cuestiones de la Iglesia Particular. Este verdadero Congreso Legislativo tuvo lugar desde el 7 de febrero de 1915 y por varios días los sacerdotes pusieron todas sus capacidades y conocimientos para lograr el éxito tan anhelado.”

Fin de la cita. No más del tema por parte de este autor. (Que, dicho sea de paso, le interesaba rescatar toda la acción social de este Obispo, aquí y en La Rioja. Obra muy importante que lo colocan en uno de los grandes difusores, en la práctica concreta, de la Doctrina Social de la Iglesia delineada por León XIII.)

Intentaremos adentrarnos en ese acontecimiento tan ignorado a fin de sacar luces de él para nuestra realidad actual.

Este artículo es el primero de una serie que continúa aquí; aquí; aquí y aquí. Y esto es solamente un esbozo esencial para comenzar la historia.

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One Comment

  1. Buenísimo Padre, nuestros antecesores siempre han dejado algo positivo, pero nuestra ceguera modernista no quiere ver ....para no comprometerse...es mas facil así. ¡¡¡¡¡ QUÉ PENA !!!!! y me incluyo